¿Qué será de los futuros procesos electorales?
Por: Luis Javier Velásquez
En el 2016 se inauguró un nuevo segmento de debate ciudadano en el programa Esta Noche, que dirige el periodista Carlos Fernando Chamorro. Voz y Voto 2016 se encargó de promover y divulgar las ideas de los jóvenes votantes como yo durante las elecciones presidenciales de noviembre del año pasado, las cuales carecieron de legitimidad y seguridad para los nuevos electores.
El gobierno de Ortega se ha negado a seguir las recomendaciones emitidas por la Organización de los Estados Americanos, la Unión Europea y el Centro Carter en el 2011. El año pasado, el Consejo Supremo Electoral se enrumbó al mismo camino que hace 6 años llevó a Daniel Ortega perpetuarse en el poder con la ayuda de una resolución judicial inconstitucional hecha a la medida. La observación electoral fue reducida a una inútil figura de acompañamiento y restringida por un reglamento que el CSE emitió a menos de tres meses de la votación.
Para los jóvenes como yo, un nuevo votante, es necesario que la entidad que debería encargarse de que las elecciones sean libres y transparentes no esté controlada por el actual partido de gobierno. Todos los votantes, en general, somos los que decidimos quiénes ocuparán los cargos de elección popular.
Una constitución constantemente reformada es constantemente deformada. Así que desprecio totalmente a la actual constitución que permite al oficialismo estar un periodo más violando mis derechos y los de todos.
Si no quieren que los sigan llamando inconstitucionales, les exijo que permitan la observación electoral, independiente. Les exijo que nos aseguren que los procesos electorales son legítimos y que nuestros votos de verdad están siendo tomados en cuenta para la elección de cualquier funcionario público; y les pido que sean puestos bajo investigación todos los funcionarios involucrados en actos de corrupción.
No tengo ningún problema con quien llegue a ocupar el poder, pero sí me causa repudio y no tolero a cualquiera que pretenda pasar por encima de nuestra Constitución, repudio a cualquier individuo que crea que está bien pisotear la Ley; odio que no respeten el orden establecido.
Los jóvenes y los nuevos votantes exigimos que para los procesos electorales próximos, como las elecciones municipales y los que vengan en el futuro cuenten con misiones de observación electoral de la OEA, la ONU y el Centro Carter; es necesario que hagan al sistema creíble otra vez, porque si voto tengo derecho a quejarme y si no me toman en cuenta para elegir o ser electo tengo que protestar.
Es una necesidad de primer orden en nuestro país el afirmar el orden constitucional de nuestro sistema, haciendo uso de todos los principios democráticos que garanticen elecciones competitivas, donde los partidos no sean reducidos a simples parásitos que anhelan ganar algún escaño del parlamento. Y para eso la ayuda de personas honradas, honestas, que comprendan que Nicaragua necesita un proyecto-nación con el que todos podamos participar e identificarnos; urge, y mucho.
No confío en alguien que abusando del poder que se auto concedió, dejó sin personería jurídica el Partido Liberal Independiente, que era la segunda fuerza política más grande del país y el rival directo en los últimos sufragios, al igual que el Movimiento Renovador Sandinista. Eliminar a la competencia es un acto cobarde, que demuestra el miedo que puede infringir el ciudadano con el simple acto de ejercer sus derechos como el arma principal de la lucha cívica que propongo.
Como ciudadano estoy en la obligación de informarme y saber elegir, reconocer quiénes representan la mejor opción para el país. ¡Me han quitaron la posibilidad de elegir! No hay por quién votar.
