Edición #5

Editorial

¿Realmente los nicaragüenses entendemos el verdadero significado de la participación? ¿Nos han enseñado cómo, dónde y cuándo participar? Si a mí me hicieran esas preguntas, las respuestas no serían sencillas, y es que el sistema nos ha hecho creer que la participación es un delito, la sociedad considera un riesgo participar porque hay un esquema que hace creer que participación es sinónimo de “protestas callejeras” pero debemos estar claros que existen diferentes formas de participación ciudadana activa, más allá de las protestas, de llenar plazas, de repartir volantes, pegar papeletas, entre otras cosas, que son lo que comúnmente hacen muchos para hacer creer a muchos jóvenes que están participando.

He de decirles que existen muchísimas formas de participación como es participar y crear espacios de información, opinión, escribir artículos críticos, en espacios de toma de decisión, protestando, exigiendo respeto de derechos, concientizando, promoviendo iniciativas de ley, ejerciendo el voto, participar dentro de una campaña electoral, formando parte de una organización de sociedad civil, movimiento social, político entre otros.

El estado debe promover y crear condiciones mínimas para una participación activa, libre, real, crítica siempre y cuando vaya bajo el respecto del ordenamiento jurídico nicaragüense. Mientras tanto, el Estado de igual forma, debe garantizarles a los ciudadanos seguridad, no represión.

La participación es la más fiel forma de expresión dentro de una sociedad donde no hay condiciones para ejercerla. Insto a la juventud nicaragüense, ya que somos la mayoría de la población, a ser ciudadanos de verdad, participando activamente y no permitiendo dejarse tomar los espacios que deben pertenecer a los jóvenes. No debemos esperar que otros nos digan que hacer sino actuar por iniciativa propia, actitud crítica y en pro de generar cambios que responda a las necesidades de la población.