Ser mujer en Nicaragua
Escrito por: Kosovo Estrada
Las mujeres en Nicaragua a pesar de representar gran parte de la economía del país y de estar presentes en todos los ámbitos de la sociedad, sufren discriminación, violencia, acoso y falta oportunidades.
Ser mujer en Nicaragua también representa estar dentro de las estadísticas de muertes por femicidios, sin que se haga justicia, porque la tipificación de la ley no lo permite.
Sólo en el primer mes de 2018 se registraron cinco femicidios y la sociedad sigue pensando que fueron crímenes pasionales, peor aun normalizando los femicidios.
Las mujeres en Nicaragua sufren linchamientos digitales, porque todas las personas tienen un criterio para considerar cuando es acoso callejero o no. Lo más alarmante es que este fenómeno es alimentado por los medios de comunicación que cosifican a la mujer a su gusto y antojo.
Se nos limita a callar y lo más vergonzoso es que la mayoría de opiniones reproducen el machismo que el sistema impone.
Además, la mujer en Nicaragua tiene que vivir el estereotipo de la maternidad, si una mujer no es madre no se le considera mujer completa, aunque se realice a nivel profesional. Los salarios no son iguales para las mujeres aun realizando el mismo trabajo que un hombre.
La imagen de una mujer como ama de casa prevalece en la memoria colectiva de Nicaragua, un país que no visualiza a las mujeres con diferentes profesiones y capacidades.
Nacer mujer en Nicaragua es un peligro latente, pues es el país con más embarazos en adolescentes de Latinoamérica, donde 92 de cada 1,000 mujeres entre 15 y 19 años son madres.
La cultura del silencio prima para ocultar abusos sexuales, se lucha contra ideologías religiosas que deciden sobre el cuerpo de las mujeres.
Ser mujer en Nicaragua es vivir una lucha constante para que se respeten nuestros derechos, en una sociedad que quiere ocultar cada situación que nos vulnera por el simple hecho de ser mujer.
En Nicaragua ser mujeres más que seguridad representa un sube y baja de luchas y retrocesos.
