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Por Nicaragua

Por Nicaragua

Por: Alexander Reyes Guevara.

Producto de una fuga de arbitrariedades, transgresiones y cercenamientos a la consciencia colectiva a través del adoctrinamiento político partidario y el manoseo a la institucionalidad y democracia de nuestro país, hace tres años, Nicaragua entera explotó en barricadas, tomas de universidades y chayopalos caído.

Nos topamos con el verdadero rostro del sandinismo, que aun después de 40 años continúa perpetuando su legado de muerte, asedio, cárcel y exilio. Un sandinismo criminal, dirigido por Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes se quedaron atrapados en el sueño de una revolución.

Una revolución que en las noches por sueño lúcido significó liberación, gloria y la victoria de los pueblos trabajadores, campesinos y marginados, pero por las mañanas, una fría madrugada de secuestro, duelos, separaciones de familia, pobreza y la construcción de sectas oligárquicas, intelectuales y revolucionarias criollas que se bañaban en la sangre de nicaragüenses.

Hace tres años, también nos topamos con la realidad de un sistema social que prioriza al capital por sobre las vidas, que juega con los números de importación y exportación en las condiciones miserables de sus colaboradores y que aun después de un traumático divorcio, continúa guardando lealtad al régimen de Daniel Ortega.

Hoy parece que la lluvia de abril hizo crecer la mala yerba, la mezquindad de políticos y aspirantes a políticos que con las consignas usurpan el llamamiento de abril, que intentan lavarse las manos con tinajas que llenan las madres de a quienes les arrebataron la vida a punta de proyectiles de alto calibre, que se quedaron sin voz y sin tinta de tantos enérgicos regaños a los dos sicarios, que hablan que el pueblo no sabe de política, cuando fue el pueblo que se ensució las manos quebrando adoquines, fabricando molotov, cuando fue el pueblo quien desde sus casas denunciaban al régimen, quienes despertamos del aletargamiento que la misma mala yerba ayudo a perdurar.

No sé si nuestro mayor reto se llame unidad, o más bien esperar que los nuevos poderes <<de facto>> decidan que al final, todos los clubes sociales a los que pertenecen importan muy poco si lo que se busca es la recuperación de la democracia y libertad en Nicaragua. Si tienen como blanco, la justicia, reparación y no repetición de los verdaderos hechos de odio cometidos contra la población nicaragüense. El mayor reto está en que los ahora llamados y llamadas “pre candidatos” depongan sus apellidos y pretensiones personales. Que el “Si” a Nicaragua sea más que discursivo y publicitario.

Si solo se tratara de un cambio de gobierno, esto hubiese sido más fácil. Pero hace tres años salimos por un cambio de estructura social donde prevalezca el sentido de respeto por los Derechos Humanos sin importar si el nuevo presidente o presidenta sea diestro o zurdo.

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