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Perfil de la Nueva Gran Depresión 2020

Perfil de la Nueva Gran Depresión 2020

Escrito por: Darwin Cruz

La coyuntura de la economía internacional en la actualidad es de suma preocupación para todos los economistas y sectores interesados. Las autoridades y la población en general, siente temor sobre el impacto del nuevo estado de la economía mundial, declarado en recesión recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, ¿El temor debería ser por una recesión de la economía mundial? Posiblemente, el temor debería apuntar a la experimentación de los países ante una nueva gran depresión económica.

Según Joseph Schumpeter, un ciclo económico es la fluctuación de la actividad económica causada por perturbaciones aleatorias que ocurre a lo largo del tiempo, y que deriva de la sucesión de periodos de expansión y contracción. Las fases de un ciclo económico pueden estar representadas por una senda de crecimiento (expansión o recuperación), pico o alto, recesión y fondo

Los ciclos económicos no se pueden evitar, representan un proceso económico natural y pueden clasificarse en dependencia de su periodicidad (muy cortos, cortos, largos, muy largos). El origen de las fluctuaciones económicas se debe al desarrollo de los posibles escenarios, tales como: estallido de burbujas, conflictos bélicos, revoluciones y epidemias.

Contexto económico mundial y ciclos del COVID-19

El coronavirus es una enfermedad que se ha convertido en un problema mundial que está dejando huellas en las estructuras económicas de los países afectados debido a su rápida propagación. La repuesta ante tal amenaza debe ser consensuada a nivel internacional.

Un escenario posible de la crisis se relaciona con un shock de demanda, que iniciará con la caída bruscamente de la cantidad de compradores, como resultado, la producción de bienes ya no se demanda, los ingresos de los productores se reducen y no pueden pagar salarios, así, los individuos tienen menor poder adquisitivo para comprar bienes.

No obstante, el FMI adjudica que se trata de un shock que afecta a elementos significativos tanto de la oferta como de la demanda. Por ello, la oferta se verá trastornada por la morbilidad y mortalidad, y también por la campaña de contención que obstaculiza la movilidad y encarece la actividad comercial puesto que existirá restricción del crédito y limitaciones de las cadenas de suministro. La demanda también caerá a causa de la agudización de la incertidumbre, mayor precaución en el comportamiento, iniciativas de contención y aumento de los costos financieros, que reducen la capacidad de gasto.

Asimismo, el FMI expresa que un tercio de las pérdidas económicas causadas por la enfermedad están involucradas directamente a costos directos, impuestos por pérdida de vida, cierre de lugares de trabajo y cuarentenas. El resto de pérdidas serán costos indirectos, atribuibles a la pérdida de confianza de los consumidores, el comportamiento de las empresas y el deterioro de las condiciones financieras.

 Perspectivas económicas para Nicaragua

Según el último informe del FMI titulado “El Gran Confinamiento” señala que, el aislamiento de la población para evitar contagios y el estancamiento de la actividad económica, reducirá significativamente el crecimiento de los países avanzados y en desarrollo. De igual manera, la economista Gita Gopinath, expresó que la economía mundial se enfrenta a una crisis única, enfatizando que es muy probable que se experimente la peor recesión desde la Gran Depresión de 1930, superando con creces la crisis financiera de 2008.

En el caso de Nicaragua, se estima que la economía tendrá un desplome del 6%, siendo ésta la peor caída económica a nivel centroamericano. Una tasa que estaría por encima de la media mundial y mayor a la de América Latina y el Caribe, de -3% y -5.2% respectivamente. Las proyecciones del FMI son inferiores respecto a las del Banco Mundial (BM), cuyo pronóstico es una reducción del PIB alrededor del 4.3% para el año 2020.

La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), sostiene que los efectos de la contracción de la económica nicaragüense se traducen en mayor desempleo, pobreza, caída en la inversión e incremento en la desigualdad social. Además, es posible que el shock de demanda explicado anteriormente se desarrolle, afectando el ingreso de los hogares, las oportunidades de negocios y de empleo (incluso el empleo que ha sobrevivido durante la crisis sociopolítica).

De forma complementaria, el economista Maykell Marenco asegura que las repercusiones económicas del coronavirus (covid – 19) en la economía nacional serán graves, dado que la anatomía del país es una economía pequeña y altamente dependiente de las exportaciones de commodities. Algunos de los impactos que enumera en su análisis son los siguientes: shock de consumo producto de la incertidumbre (efecto sustitución de la cesta de consumo); declive de la demanda internacional y de los precios internacionales (saldo negativo en la balanza comercial); caída en la actividad comercial en el sector turismo y servicios; disminución en los flujos de remesas de países origen (EEUU, España, Costa Rica y Panamá); decadencia del salario real y menor poder adquisitivo de las familias; y descenso de la recaudación tributaria debido a la menor actividad económica.

Nicaragua se enfrenta a una crisis con múltiples aristas, que comprende riesgos tales como: shock sanitario, derrumbe de la demanda externa, cambios en los flujos de capital y colapso del precio de las materias primas. Ante estos riesgos y el inadecuado papel del gobierno para combatir el coronavirus, es muy probable que la recesión generada por el estallido de la burbuja sociopolítica ocurrida en 2018 se transforme en una depresión.

En todos los escenarios, es evidente que el crecimiento mundial de 2020 será más bajo que el del año pasado. Sin duda, deberíamos esperar lo peor por lo antes mencionado respecto a la teoría de los ciclos económicos.

La depresión es más probable en economías emergentes, específicamente en aquellas que ya presentaban crisis. Los niveles de pobreza y desempleo se verán afectados por la profundidad de un nuevo golpe económico. Ningún país es autosuficiente para cerrar de manera indefinida sus comercios internacionales. Es importante recordar que los países en desarrollo no deben acrecentar más el problema del pecado original.

De acuerdo con las proyecciones más recientes, la pérdida de empleos será mayor que la que produjo la crisis financiera hace 12 años. Ejemplo de esta situación, cabe mencionar el caso de EEUU, registrando una cifra de solicitudes de subsidio por desempleo alrededor de 6.64 millones hasta el 28 de marzo.

Se deben adoptar las lecciones aprendidas de la primera Gran Depresión y prácticas de políticas de confinamiento parciales, como las que propone el físico teórico y profesor de Biología, Uri Alon. Lo ideal sería desplegar medidas puntuales con resultados garantizados que alivien y reduzcan el impacto económico.

El tiempo decidirá cómo se van a desarrollar los eventos, solo resta seguir las recomendaciones de la OMS en materia de salud y propuestas del FMI en asuntos económicos.

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