Oda: la aurora de la Patria
Por: Lucas Andrés Marsell
Los que aman a su pueblo cantan de la aurora:
¡están dormidos, no están despiertos,
están vivos, no están muertos,
están aquí, aquí y ahora!
Regresan de la muerte como brote de la tierra,
más fuertes que la peste, que la noche y que la hiedra.
Se unen en un canto que resulta ser un grito,
una oda que a demonios aplasta entre granito.
A las bóvedas del cielo suben los murmullos,
es un pueblo que ha encontrado el camino del orgullo.
A las puertas del infierno se asoman tan urgentes,
son espectros que la patria aborta de su vientre.
Entre piedras y bengalas recuerdas a tu hijo –
presa de una bala, que mordió de su garganta
el canto libre – pajarito.
Ya te traen – Patria – su verdugo, ya lo encuentran en el Carmen,
y te cobras con tu puño la venganza de las madres,
le aplastas la cabeza como aplasta la serpiente
la madre del Divino, al que Herodes – asesino –
persiguió entre inocentes.
Y será ante tu cruz que se rinda la locura,
el genocidio de la noche que con ira nos censura.
Ante tu luz solamente que despierte aquel gigante,
Rigoberto y su pluma, que nos dicen ¡adelante!