
Mujer tu mamá

Cheiri Vega
Nací como bastardo
hijo de mi puto padre
que tiró la semilla y se fue muy feliz
a fumarse un cigarro y derramar la leche
que le sale de los huevos.
Mi madre intentó darme consuelo
al nombrarme Hijo de Chayanne
como los demás hijes de Chayanne
en toda Latinoamérica,
en toda Nicaragua.
Condenado igual que mi madre
como mustia zorra puta infeliz
por nacer con esta condena,
esta cadena, este castigo,
por nacer con esta vagina.
Envidia del pene según Freud,
según Freud que nunca tuvo que menstruar,
según Freud que quiso cogerse a su mamá.
¿Envidia del pene? Bah. El pene no es aesthetic.
Quiero tu seguridad y tu poder,
quiero caminar por la calle sin que me chiflen.
Por más que me vista de hombre
nunca logro pasar
y los hombres me gritan
«vení, morena, vení, amorcito,
que gran culo te cargás»
entre otras cosas, son palabras asquerosas
que se adhieren a esta existencia maldita.
Y yo debo cerrar mi boca,
contener los gritos que se acumulen en mi garganta,
cerrar las piernas, no provocar
pa que no me peguen, me maten o me violen.
Pobrecito el hombre, no se sabe controlar
y yo no lo debo tentar
como omega en omegaverse
porque los hombres, ay sí,
los pobres pobrecitos hombres,
son como alfas durante el rut,
esclavos de sus impulsos
que escuchan al Temach.
Y si te arde lo que te digo, mijo,
vení aguantate el dolor menstrual
desde los doce hasta los cuarenta.
Hacé la cuenta, no estoy histérica.
Vivo en un mundo lineal
patriarcal
que me maltrata
y me obliga a callar
mi dolor.
Mi grito, mi tempestad
no existe para vos, no existo.
No soy igual a vos y por eso no existo.
Perdoname, por favor,
te juro que lo dije a broma,
por favor no me pegués,
no me maltratés,
vos tenés todo el poder,
en tus manos tenés
mi voluntad y mi poder
porque vos sos hombre y yo soy mujer.
Esto es mi culpa
mi culpa
mi gran culpa
mi grandísima culpa
por nacer equis-equis y no equis-ye.
Nicaragua, yo te odio y te maldigo,
por vos nací sometido
a tu ideología religiosa
a tu creencia asquerosa
donde soy no-hombre
no-humano, no-persona.
¿Qué es ser mujer? ¿Ah?
¿Qué es ser mujer nacida en Nicaragua?
Y yo qué mierdas voya saber.
Yo solo he sentido dolor
ira impotencia furia rencor.
Verme la vagina es recordar la imposición.
Mujer, mujer. Mujer como tu mamá
y tu abuela
y tu tía
y tu hermana
y tu hija
a quienes fantasiás
con ponerles las manos encima,
como si yo no te conociera.
El hombre es el Coco de toda niña,
el cuento de realidad torcida,
la leyenda transmitida
de abuelas a madres, de madres a hijas:
«Cerrá las piernas porque te violan.
No andés eso puesto porque te violan.
No digás eso porque te pegan.
No jugués brusco con los niños.
No te juntés con los niños.
Comportate, se discreta.
Calladita te ves más bonita,
así se comportan las niñas.
Vos sos una niña».
Niña y mujer:
latigazos clavados en mi piel.
Sentir el miedo a cada paso,
ocultar el pensamiento amargo
que me ahoga y me desgarra
en cada inhalación;
esconder lo que opino
y deseo, portarme bien
pa que no me peguen
pa que no me humillen
pa que no me violen.
Porque según vos soy mujer,
Nací con vagina
entonces soy mujer.
No importa si escojo al oso,
no importa si digo en voz alta
«Sé que no todos son iguales»,
igual estará ahí, el terror estará ahí.
El terror absoluto de que la fuerza bruta puede someterme en algún descuido, porque no importa qué tan modernos seamos como sociedad, si él piensa que con fuerza bruta puede someterme y practicar BDSM con mi cuerpo, me tomará y lo hará y la sociedad me culpará, me señalará y preguntará qué ropa llevaba puesta cuando hallen mi cadáver tirado en el manjol, ´couse i´m the men´s hole. No, no todos son iguales. No, no todas son iguales. Existe una escala de grises a considerar y aún así…. y aún así…
No me digás «mujer»,
mujer tu mamá.