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La realidad de la puerta cerrada. 

La realidad de la puerta cerrada. 

Por: Keytel Torrez

En una tarde fría, con el sol cayendo, pensé en cómo resolver mi estancamiento, supe que estaba en pie, pero no tenía la capacidad suficiente para caminar firmemente por el camino.

El agobio del futuro y la aflicción del presente mantienen mi mente en un bucle sin salida, sin soluciones, sin intenciones. 

Me encuentro frente a las puertas del edificio en el que soñaba estar desde pequeña porque mis padres me alentaron a que ese sería mi destino, pero no pensaron en todo lo que tendría que atravesar para intentar conseguirlo. 

Sueños sacrificados, ansiedad cada noche para llegar hasta la meta, la felicidad puesta en una banqueta y todo para que cerraran las puertas cuando apenas llegaba mi momento. 

Con lágrimas en los ojos veo el esfuerzo caer, la ilusión desaparecer y una puerta más que se cierra indefinidamente, resignada a lo que sucede, camino sin saber a dónde tengo que ir. 

Volteo, busco, encuentro y se repite una y otra vez, la puerta siempre se cierra y lo único que queda es volver a casa, encender el televisor y pensar en cuál es el siguiente paso, pero eso se acaba poco a poco y la incertidumbre empieza a acechar la puerta de mi habitación. 

Crecí escuchando que si una puerta se cerraba otras tres se abrían, pero hace mucho tiempo no se abren puertas en esta pequeña ciudad que se apaga poco a poco con los sueños de quienes la habitan. 

Me siento frente a la computadora y escribo desconsoladamente cada cosa que agobia mi corazón, pienso en mi paso del día de mañana y el miedo por un rechazo más invade mi interior. 

Cuestiono, intento comprender, investigo y la rabia invade mis anhelos. Estoy estancada y las pocas salidas que quedan se acaban día con día. 

Intento cumplir metas, sobrevivir y no enloquecer con el caos silencioso que hay a mis espaldas, pero hay momentos en los que nada de eso es suficiente para seguir. 

Decido intentarlo de nuevo, buscar un nuevo horizonte y seguir, lo hago casi sin ilusión, sin fuerza y resignada a obtener una nueva puerta cerrada porque hoy eso es lo que existe, puertas cerradas, sueños derrotados, caminos lejos de tu hogar seguro y todo para conseguir algo que debería existir aquí.

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