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Hagamos un esfuerzo

Hagamos un esfuerzo

Escrito por: Pedro Cortez Rugama

A veces sentimos un calor sofocante, el cual solemos comparar con el infierno y, de vez en cuando tenemos tanto frío que se nos hace difícil creer que estamos en verano. Muchos nicaragüenses tenemos quejas, cuando viajo en el microbús hacia la universidad escuché a muchas personas inconformes con el clima de nuestro país. Las personas mayores siempre comparan el clima del pasado con el actual y notan una diferencia drástica.

Es notorio que todos los cambios que últimamente se han dado en nuestro entorno se deben a nosotros mismos, los humanos. Nos consideramos seres racionales y superiores, aunque muchas veces actuamos sin usar nuestra razón y somos mínimos cuerpos en comparación a la extensión de nuestro planeta y el universo.

Basta con caminar por Managua y se puede notar que la basura es un problema, pareciera que supone una gran dificultad para las personas el depositar la basura en el lugar que corresponde. Cuando llega la época de verano y muchos visitan las playas, los medios de comunicación llenan a las personas de avisos para que no ensucien los balnearios nicaragüenses, pero los ignoran y por eso cada año también las playas se llenan de basura ¿No existen cestos de basura?  ¿Es difícil mantener limpia la comunidad?

Estamos acostumbrados a justificarnos con nuestra cultura. «Los nicaragüenses botan basura en todos lados» es una frase que hemos asimilado, muchos en vez de intentar cambiar eso, solo la aceptan y siguen botando basura dónde no debe. No sabría si este problema se debe a la cultura, a la ignorancia o a simples caprichos egoístas.

Debemos recordar que no sólo nosotros existimos en el mundo y que gracias a la naturaleza podemos sobrevivir, pero no nos basta usar lo necesario porque siempre nos excedemos y hasta convertimos en prisioneros a parte de la fauna de nuestro territorio. Siempre presumimos las maravillas de Nicaragua, nos beneficiamos de ella porque nos proporciona vivienda, comida, esparcimiento y trabajo. Decimos que estamos orgullosos de ser nicaragüenses y últimamente «Nicaragua, te quiero tal como sos»; parece que en Nicaragua querer es violencia porque además de acabar con la vida de muchas nicaragüenses también estamos mutilando y matando a nuestro paraíso natural.

Cuando toda Nicaragua esté contaminada y ya no logre proporcionarnos nuestra subsistencia y nuestros excesos, ya no tendremos nada más. Es nuestro deber cuidar nuestro entorno, ser más limpios y tratar de vivir pacíficamente no sólo con las demás personas sino con todo lo que nos rodea.  Sabemos que estamos llenos de vida, pero a la vida en algún momento le llega la muerte, por eso debemos ser de provecho para el país. Los nativos que residían en Nicaragua hace muchos años le temían a la naturaleza y se sacrificaban por ella, en la actualidad parece que a lo único que le tememos es a no cumplir nuestros intereses y por eso no pensamos en los demás y destruimos lo que nos da vida.

Lamentablemente estamos heredando conductas negativas a las nuevas generaciones. A veces el calor es insoportable y eso no nos gusta, pero nunca protestamos por los despales que continuamente se realizan en el país, a veces ni nos dignamos a conseguir una planta y sembrarla en nuestra casa o tan siquiera apoyar a algún grupo ambiental que intente mejorar el ecosistema para todos. Hay tareas bastante fáciles como ahorrar agua, no utilizar contaminantes, abonar las plantas, reciclar y ahorrar energía eléctrica, estas labores pueden ayudar a que contaminemos menos nuestro ecosistema.

Es tiempo de hacer un cambio por Nicaragua, seguir admirando las bellezas que nuestro país nos proporciona y a la vez cuidando nuestro entorno. Debemos ser mejores nicaragüenses y demostrar que realmente queremos a nuestra magnífica tierra de lagos y volcanes.

 

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