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Cambio de hogar

Por: Amy Wilson

Vivía en Bluefields, muy cerca de la playa. Disfrutaba de una vida relajada y sin preocupaciones, hasta el día en que mi familia decidió mudarse a Managua, en busca de más oportunidades de trabajo. Estaban hartos de ser pescadores y querían que sus hijos estudiaran en vez de seguir con una vida ociosa, a la espera de algún cargamento que llegara del mar a corromperlos.

Yo misma me vi obligada a trabajar. Tenía que levantarme muy de mañana a preparar los patíes y pan de coco que vendía en mi nuevo barrio. Recorría sus calles polvosas, tratando de acostumbrarme a las maneras de la gente del Pacífico.

El barrio donde vivía estaba ubicado en La Subasta, un lugar bastante deforestado, caliente y un tanto peligroso. Lo detestaba, lloraba, añorando mi océano y libertad. Deseaba volver a mi Bluefields amado.

Poco a poco fui mejorando mi español. Al llegar casi no me comunicaba, pues los vecinos se burlaban de mi acento creole y yo ni siquiera quería hablar con ellos. Sin embargo se enamoraron de mi panadería, así que a veces que estaba cansada me detenía a platicar con ellos.

Como éramos pobres yo aún no terminaba secundaria, y no podía seguirla sino aprendía mejor el español, el único idioma en el que impartían clases a mi alcance en el Pacífico.

Seguí practicando con mis clientes, y luego con libros para mejorar la ortografía. Logré entrar a la preparatoria de la universidad pública, y recuperé los años que había perdido jugando en la costa. Acto seguido empecé a estudiar inglés, la única carrera que me llamó la atención porque me hacía conectar a mis raíces.

Para poder costear mis estudios tuve que entrar a trabajar a un call center. El acceso no se me dificultó por mi dominio nativo del idioma, pero sí me costaba lidiar con los gritos de los clientes.

Han pasado cuatro años desde que empecé a laborar aquí. He ahorrado lo suficiente para abrir un negocio, por lo que sólo estoy esperando a terminar de estudiar.

Quiero retornar a Bluefields, reencontrarme con mis amigos de infancia, ayudar a mis padres y tener una casa familiar en la que recibir a mis hermanos, muy cerca de lo que más amo: la playa.

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