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Y a pesar de que la situación es ta fregada, ¿hay oportunidad? ¡Oe! Claro es hora de ser el cambio, ¡asumamos el reto!

Por: Alex Aguirre Mairena / Red NicaJoven DS y DR

La chavalada en Nicaragua muchas veces somos consideradas por algunos sectores como apáticas y pasivas para participar activamente en la gestión pública. Se nos nombra como: “bacanales”; “irresponsables”, “delincuentes”. O se dice: “no les interesa impulsar el cambio en el país”. Pero las condiciones en las que vivimos a diario la mayor parte de las juventudes en el país no ofrecen un ambiente para nuestro desarrollo humano.

La educación muestra grandes deficiencias: no toda la población tiene acceso a los centros de estudios y las que lo tienen enfrentan una educación de baja calidad que no les permite desarrollar capacidades y competencias suficientes para satisfacer las demandas del mercado de trabajo.

Pero además existe otra desventaja, ya que el Estado no tiene la capacidad de generar oportunidades de empleo a todas/os las/os jóvenes que salen anualmente al mercado laboral. Por esto, muchas/os jóvenes no tenemos trabajo o trabajamos en malas condiciones, de manera tal que nuestros derechos son violados.

Y finalmente, en términos de participación política en diferentes espacios, estamos excluidos y excluidas (o nominalmente “somos protagonistas”) tanto en los partidos políticos, en las organizaciones no-gubernamentales y los movimientos sociales. En esos espacios se nos dificulta nuestro desarrollo por causa del adultismo.

Estos tres aspectos de la vida cotidiana solamente son un ejemplo de la exclusión que tenemos que vivir las juventudes en Nicaragua. Además muchas/ os jóvenes experimentamos discriminación por nuestro color, género, origen étnico, apariencia, orientación sexual, etc. Por tanto, muchas/os jóvenes vivimos una discriminación doble o triple.

Muy aparte de todas estas lamentaciones, en este momento Nicaragua vive una oportunidad de oro, el llamado “Bono Demográfico”. Este se origina “por la disminución de las tasas de natalidad y mortalidad, lo cual permite un aumento de la población potencialmente activa, es decir de las personas que estamos en edad de emplearnos y generar ingresos, junto con una disminución de la población dependiente económicamente”, Así que es necesario que TODOS Y TODAS nos encaminemos hacia esta oportunidad y exijamos no solo ser parte de las políticas públicas si no que innovemos y seamos constructores de ellas, para así generar oportunidades de desarrollo y convivencia para las y los jóvenes, y que estas generen los mecanismos adecuados para maximizar su impacto positivo en la vida de las juventudes en el desarrollo del país.

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