Wicked: “La fantasía hecha musical con tintes socioculturales”
Por Eliezer Román
Hay dos cosas que el publico en general parece odiar, en especial en la cultura crónica del internet, y son los musicales y una reflexión sobre la inclusión y aceptación de comunidades marginales. Wicked es todo lo que una persona que consume discursos conservadores odiaría, pero lo hace de una manera tan sutil y bien hecha, que ni siquiera esa misma persona se daría cuenta.
Es momento de hablar de Wicked. La más reciente fantasía musical de Hollywood que ha cautivo a millones de espectadores alrededor del mundo.
¿De qué va?
Wicked es la adaptación cinematográfica del musical de Broadway basado en la novela de Gregory Maguire que a su vez es una precuela inspirada en la película y el libro del Mago de Oz. En efecto, estamos ante un enorme entramado de adaptaciones.
La película está narrada desde el punto de vista de Glinda (interpretada por Ariana Grande) inmediatamente al terminar los eventos del Mago de Oz. Glinda comienza relatando a los habitantes de Oz quien era la bruja mala llamada Elphaba y cómo se conocieron en la Universidad de Shiz.
Elphaba (Cynthia Erivo) ha tenido una vida llena de rechazo por tener la piel de color verde. Su entrada a Shiz realmente no estaba planeada, más bien se trata de una de esas oportunidades de la vida que sucede solo una vez. La directora de la universidad (Michelle Yeoh) muestra interés en ella y la invita a ser parte de la institución. Glinda y Elphaba compartirán habitación por orden de la directora y acá comienza su relación basada en la rivalidad que luego se transformará en una verdadera amistad.
Un musical con sustancia
Partiendo de esa primicia, Wicked es todo un evento, pues recupera la magia de los musicales de antaño al no reparar ni un poco en su apartado técnico, desde el vestuario, el maquillaje, los decorados y los efectos especiales. Sin duda, un riesgo que pocos estudios se atreverían a tomar. Si hay algo que reprocharle es tal vez la falta de color, un tema debatido entre los críticos más expertos, pero es algo que sufren todas las producciones hollywoodenses hoy en día.
Cynthia Erivo como Elphaba y Ariana Grande como Glinda tienen una dinámica bastante increíble. Una sinergia poco vista que carga con todo el peso de la cinta. ¿Pero qué hay más allá de las buenas actuaciones y los números musicales perfectamente coreografiados?
Para comenzar, la película es un drama que nos hace acompañar a Elphaba en el camino de la autoaceptación. Es un personaje que ha sufrido rechazo desde su concepción, ya sea por su propia familia u amigos, conoce el racismo en carne viva y también se ha visto en la penosa situación de odiarse a sí misma.
Por otra parte, hay dos subtramas en la cinta bastante interesantes, una de ellas más desarrollada que la otra; la primera se trata de la marginalización de los animales, seres mágicos que hablan y tienen otras cualidades humanas, incluso uno de ellos es profesor en la universidad, abordando de manera magistral el cómo son desplazados y despojados de sus derechos. La segunda, la cual esta abarcada de manera superficial, hace referencia a un problema sociopolítico que existe en el mundo de Oz, y es que básicamente, el todo poderoso Mago es capaz de manipular el curso de la historia, borrarla a su antojo y decidir qué o quienes son el enemigo para su frágil mundo dictatorial.
Si bien, Elphaba conoce el sufrimiento de ser marginado y simpatiza con los animales, aun deposita sus esperanzas en el Mago. Y al final del ultimo acto se dará cuenta que el poder de ayudarlos siempre lo tuvo ella y el Mago no es más que un criatura minúscula e inservible. Elphaba representa la lucha, la ingenuidad y el deseo de superación de las personas marginales.
Wicked, una doble amenaza
El universo de Wicked es realmente interesante no solo por ser un espectáculo si no por los temas que podría poner a jalarse los pelos a cualquier persona con tendencias ultra conservadoras, pero gracias al carisma del mundo en sí y a sus personajes, se hace de una manera tan sutil, casi imperceptible.