Sin alma mater.

Por: Oniel Mercado Ortiz

No hay bien más grande y preciado como los jóvenes, un país con sus nuevas generaciones educadas correctamente tiene esperanza. De estas depende su prosperidad o decadencia, son el engranaje que si está correctamente puesto podrá mover este mecanismo. Si el árbol que me daba sombra se pudre, debo de cuidar a sus retoños para que no tengan el mismo fin, y así cubrirme nuevamente del sol.

Una preparación justa, neutra y muy culta, es necesaria en este mundo cambiante. Aquella educación politizada y pobre de conocimiento, genera seres poco útiles para su nación y sociedad. Un pueblo necesita doctores, ingenieros, licenciados, etc.; con el conocimiento más adecuado, que tenga ética y moral, no puedes enseñar si no respetas la libertad, un profesionista adoctrinado no sacara adelante a su gente, ni ayudara a su prójimo, un médico debe de atender a quien lo necesite, incluso si no piensan igual, mas hoy enseñan a tu semejante odiar. Mi universidad ya no es autónoma, ahora se volvió un centro de propaganda ´política, donde debo de dar gracias por un derecho que tengo, acá me dan más dudas que aciertos, me dan un clavo para perforar el hierro, ciertamente si individualmente no buscas el conocimiento, ya en tu alma mater no lo has encontrar, quieren seres tordos, sin iniciativa y criterio propio.

Es característico de una dictadura evitar que su gente se eduque, queman libros, borran la historia, te muestran su ideología como la mejor, justifican sus guerras, sus masacres. Quieren que creas que te ayudan, te mienten con una doctrina que solo los hace rico a ellos, se adueñan de las universidades para controlar el pensar de su población, ya nuestra madre no nos nutre, más bien nos merma, ya no es madre nutricia.