Si, Mujer y Negra
Por: Aoi Chō.
Hola. ¿Qué tal? Magnifico día. ¿No?
¿Me recuerdas? ¿No? A, está bien me presento:
Soy Mujer y Negra.
Mi nación es la murria de existir;
bueno, así es como quieren que piense la concurrencia de almas en mi vida.
¡Si! Soy aquella que vio la mano deforme de la marginación
siendo Mujer y Negra.
¡Si! Soy aquella niña que emanó el acomplejar de su cuerpo,
¡Así es! Porque siendo mujer tenía que ser perfecta para él,
pero siendo negra no articulaba en su cliché de belleza celestial.
¡Claro! Soy esa que proliferó la vida viendo su reflejo en un embustero espejo
y se interpelaba con irritantes llantos:
¡Dios Mío! ¿Por qué mi piel es achicharrada como el carbón?,
¿Por qué mi cabello es áspero como el turrón?,
¿Por qué mis pezones no son como el maldito rosa?
¡Obvio! Soy la que nació con la vulva negra,
para que luego el ruido a mi alrededor
me recitara que ese pigmento en mi entrepierna no es agraciado
y a su vez impartirme la doble moral
de convertir el lienzo de mi tono en su infernal fetiche.
¡Justamente! Soy la que aguanta los amargos insultos de risas, de chites, de sátiras sociales
comparando mi negro con la humildad, con la suciedad o con el cartón;
y por eso mi presencia les molesta cuando me miran en la alta alcurnia,
su interior manifiesta que yo no encajo en su miserable baile de clases.
¡Exactamente! Soy aquella que comercializan con mi cabello, mis labios, mis ojos,
¡Qué va, todo mi cuerpo! Y solo para el deleite de ese lado de féminas;
soy una moda, soy una mercancía, soy la inclusión forzada.
¡Pero mira! Para las alamas soy la basura que minorizan,
en las masas soy a la que golpean,
en los perros soy a la que violan
y en la oscuridad soy a la que matan.
Y ¿Sabes por qué?, ¿No? ¡Porque soy Mujer y Negra!,
¿Ahora me recuerdas? ¿No? ¡Lástima, debí suponerlo!