
Ser mujer en Nicaragua

Por: Elieth López
Ser mujer en mi país es sinónimo de resistencia y tenacidad. Es asumir con determinación y coraje las responsabilidades del hogar y la vida diaria Más allá de cualquier idealización, soy testigo de esta cruda realidad que despliega sus garras con indiferencia, observo a mi madre, a mis hermanas y a mis amigas, guerreras incansables, enfrentando solas la ardua tarea de criar a sus hijos, mientras sus maridos en la búsqueda de una nueva vida se alejan y eventualmente las olvidan, olvidando también a quienes debieron prioridad, sus hijos.
Ser mujer es ser el pilar sobre el cual se sostiene el amor y la fortaleza de la familia, es enfrentar el juicio y las críticas de una sociedad que con cruel ironía las llama “mamás luchonas” este termino despectivo no solo minimiza sus sacrificios, si no que también perpetua una cultura de desprecio hacia quienes con valentía sostienen sus hogares y corazones rotos.
Ser mujer es una lucha diaria por el reconocimiento y el respeto, por el derecho a ser valoradas no solo como madres, sino como seres humanos plenos y dignos de admiración.