Mi nombre es.
Escrito por: Engels Mora Aráuz
Hola, mi nombre es Estado de Derecho, algunos me conocen como modelo de orden y hoy quiero contarles un poco de mi vida.
Para quienes no me conocen, a como les dije soy un modelo de orden y estoy regido por una serie de leyes e incluso instituciones ordenados en torno a mi hermana, la Constitución Política de Nicaragua.
Hace once años, el pueblo nicaragüense eligió a un nuevo presidente, alguien que ya había gobernado en una ocasión, de apellido Ortega o algo así. En lo que a mi concierne todo parecía normal hasta que todo se empezó a tornar oscuro.
En el 2011, hubo una reelección y en el 2014 mi hermana la constitución fue torturada con una reforma que le daba poder al señor presidente para reelegirse indefinidamente, lo que debilitó la institucionalidad democrática y por consiguiente, el sonar de las campanas de una muerte anunciada para mí.
Yo sé que soy importante y necesario para que todo transcurra en paz en el país, brindar protección legal a los ciudadanos ante el abuso de poder es una mis tantas tareas, pero al parecer hoy vivimos en una situación donde no soy respetado ni tomado en cuenta, pues este principio solo ha sido válido para aliados, amigos o miembros partidarios del gobierno, aun cuando mi premisa ha sido que debo servirle a todos los ciudadanos nicaragüenses sin distinción; siendo esto un principio básico y reconocido por mi olvidada y ultrajada hermana constitución, en el artículo 27.
Desde abril, mi patria a quien sirvo, entró en una crisis que se ha pagado a precio de sangre inocente, a partir del 19 de ese mes, si es que aún quedaba un poco de respeto por mí, fue echado a la basura.
Hoy en día me he convertido casi en un mito, algo que un día fui, hoy aplican mis principios a quienes están del lado de una bandera que no es la azul y blanco, hoy no soy reconocido por quien gobierna el país, hoy mi voz ha sido callada para dejarse oír la voz de un hombre, un tal Ortega. Pero también se ha alzado el grito de una nación que no quiere ver morir a mi hermana y tampoco a mí, hoy doy el último respiro del lado de quienes gritan “libertad”.
Hay quienes se han preguntado, ¿Existe Estado de Derecho en Nicaragua?, ¡pues hoy les digo que si… si existo y aunque fui desechado y reemplazado por principios corruptos, no he abandonado mi país y al igual que el pueblo grito ¡LIBERTAD!
He sido olvidado, pero yo no me olvidé de Nicaragua; anhelo el día en que nuevamente pueda ayudar a todos sin distinción, el día que constitución también ayude a hacer de Nicaragua un mejor país. Y vos que hoy sabes quién soy, solo puedo decirte “gracias”, gracias por luchar por ideales correctos, gracias por luchar por la libertad, gracias por luchar por NICARAGUA.