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Monimbó

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Escrito por: Brayan salablanca

Desde hace días querían apagar la llama de los corazones indígenas. Pero las fuerzas de unión y la causa de liberación de Monimbó puede contra cualquier batallón. 

La historia no se repite, esta vez estamos desarmado, son armas de guerra contra armas hechas a mano. Ya habíamos vencido el primer ataque. Por ahí dicen los monimboseños que tata chombo era quien tiraba las bombas de mecate. 

El corazón de Nicaragua está a punto de recibir un ataque. Eran las 5:30 de mañana del día martes. Desde tempranas horas ya venían rodeando esta ciudad pequeña llena de valor. Limpiar Masaya cueste lo que cueste era la orden del dictador. Al que llaman comandante, el hombre seco de corazón aquel que no tiene perdón de Dios. 

Pocos minutos más tardes se escucharon rugir las primeras balas llenas de odio, querían callar las voces de los que están a punto de resurgir. Vienen por los tanques de Mebasa, de ahí se escuchaban las balas y mientras los que están encerrados en sus casas oraban para que más sangre inocente no se derramara. 

No llegó el huevo al plato de la mañana, pues se quedaron bien puestos en los que en un tranque defendían una causa.

17 de julio, Día de la Alegría gritaban algunos afines a su dictador. 

En Masaya seguimos luchando al lado de Dios. Cuantos hermanos jóvenes en la lucha de la liberación están dispuestos a enfrentar balas, muertes y opresión. 

Los ojos de los departamentos estaban puestos sobre este bastión. Se limitaron a ayudar por miedo a que sus vidas se las fueran a truncar. 

Escuchamos a medios internacionales y gente importante decir cese a la masacre mientras el genocida estaba orgulloso de su ataque. Y se dieron las 12 y seguimos almorzando balas. Avanzaron poco a poco hasta apoderarse de Masaya.

Un niño de 15 años y una señora hoy se fueron con su patria y Nicaragua pencona llora la partida de sus guerreros. 

Tocó dejar las barricadas y permitir la limpieza. Un moninboseño dijo:

Quiten los adoquines que apenas esto empieza.

Esta lucha no es por unos adoquines apilados.  Es por Nicaragua, que sea libre y que Dios siga de nuestro lado. Perdimos la lucha de hoy, pero somos la marimba que toca el solar de Monimbó.

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