La utopía del Canal de Nicaragua.

Por: Houston A. Castillo

Con un “debate” que duró tan sólo 3 horas en la Asamblea Nacional un 13 de junio de 2013, se aprobó la construcción de un Canal en Nicaragua y que embargó al país con una concesión por 50 años, prorrogables por el mismo período, a la empresa china HKND. Ese día se comenzó la maravillosa propuesta que nos vendería el oficialismo para salir de la pobreza.

Que asumirá el 5% por ciento del transporte marítimo; que Nicaragua elevará su PIB al doble; que seremos uno los países más ricos en América Central; que tendremos la obra de ingeniería más grande del mundo; que generará directamente 50 mil empleos en la etapa de construcción y en la etapa de operación 200 mil; que habrán zonas de libres comercios; que habrá un nuevo aeropuerto y otros sub proyectos, etc. Estas son algunas de las ofertas que nos vende el comandante Ortega y su aliado Wang Jing y que repite constantemente el director del Consejo Nacional de Universidades –CNU- y a la vez vocero del Canal Telémaco Talavera.

Para comenzar, al escuchar todo esto consideré como positiva la gestión gubernamental para paliar la pobreza y la falta de empleo que azota nuestro país hace décadas y por lo consiguiente disminuiría considerablemente el problema migratorio.

Aplaudí la rápida aprobación del Legislativo, -sorprendentemente están actuando con beligerancia- repliqué, pero conforme al tiempo, comencé a escuchar la voz de los expertos en la materia ambiental, uno a uno comenzaron a exponer sus conocimientos científicos, y a poner en tela de juicio la factibilidad ambiental del titánico proyecto.

Según el asesor presidencial en temas ambientales y ecólogo, Jaime Incer Barquero, la cantidad de sedimentos extraídos durante la excavación, alterará la calidad del lago, incrementando la turbidez del agua, con graves afectaciones al abastecimiento de las poblaciones circundantes, afectando las especies acuáticas, sin contar la posibilidad accidental de un derrame de hidrocarburos y así sucesivamente; pero me llamó la atención el hecho de que el gobierno comenzó una guerra contra las voces que se levantaban a cuestionar el proyecto y en un acto intimidatorio para quienes critiquen el proyecto, expulsaron a Salvador Montenegro, fundador del Centro para la Investigación de los Recursos Acuáticos (CIRA) ¿será porque tienen razón? No sé, pero coartar la libertad de expresión en un proyecto que se considera de nación deja mucho que desear.

Actualmente Nicaragua enfrenta una de las peores épocas de la historia, con las temperaturas más altas registradas hace años, los calores son insoportables, hay escases de agua en los departamentos, los ríos se están secando y no nos podemos dar el lujo de apostar a la suerte con nuestro más preciado recurso acuático que poseemos los nicaragüenses el Lago Cocibolca; Juigalpa es un ejemplo del uso del lago y de la Ley de Aguas, que define al Gran Lago como reserva natural de agua potable. Según archivos periodísticos el Gobierno de Corea del Sur financió las dos etapas de un proyecto que permitió abastecer a más de 1,800 casas en Juigalpa, desde 2007 y que benefició a unos 90 mil juigalpinos.

Esto sin mencionar los miles de campesinos que se oponen a vender sus tierras por un sentimiento de patria que quizás para bien o para mal, el mismo gobierno de turno lo fomentó para derrocar así la dictadura de los Somoza; éstos campesinos que injustamente fueron vapuleados por defender sus tierras ante la amenaza del Canal, con una ley que se aprobó en horas en el debate que a inicio de este escrito mencioné.

Por otra parte me preocupa muchísimo el hecho de que este proyecto sea un proyecto meramente político y una obra para maniatar a los nicaragüenses dejándonos en indefensión total; durante mucho tiempo los dictadores se han aprovechado de la ignorancia y la pobreza de un pueblo para manipular, extorsionar y vender ideas utópicas. Hago un llamado a los gobernantes de turno para que se derogue la ley 800 y se pueda hacer un proyecto de nación que verdaderamente nos beneficie a todos los nicaragüenses.

Nuestro país cuenta con una excelente flora y fauna, misma que puede ser utilizada para atraer el turismo y la inversión que vaya de la mano del medio ambiente no con un proyecto viciado de poder, dinero e intereses personales y políticos; muchos otros países han logrado salir adelante sin necesidad de un Canal el cual nos han hecho ver que es la Panacea en Nicaragua.

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