Yo soy de los que me fui para regresar mejor
Por: Marlon Pérez Solórzano
Creo que todos, cuando empezamos a pensar en qué profesión queremos tener (más o menos en secundaria), deseamos vivir aunque sea un tiempo en otro país, ya sea por estudios, trabajo o porque simplemente nos queremos dar el “lujo” (sí, yo sé que la última es la más atractiva a esa edad).
Mi caso no era muy distinto, nunca me imaginé lo difícil que era empezar una carrera profesional en Nicaragua (si no tenés pata, obvio), creí que lo único que se necesitaba, para tener un trabajo estable y bien remunerado, era esfuerzo; creo que ese debe haber sido mi primer error. Siempre pensé que cuando por fin tuviera la oportunidad de ir a otro país, iba a ser a uno que yo escogiera, al norte u otro continente, pero mi situación me llevó a tomar la oportunidad de estar donde estoy, y estoy agradecido porque ahora entiendo un poco mejor que la vida es de oportunidades, si las Tomás perfecto, y si no, alguna razón hubo, pero no hay tiempo para arrepentimientos.
Tengo mucho respeto y admiración por la gente que a pesar de tener una situación difícil en su país, deciden aferrarse a lo que tienen y tratar de salir adelante. Yo tomé otra decisión, decidí que para salir adelante, debía tomar la aventura de vivir en otro país con mejores oportunidades de desarrollo, porque al final todos queremos lo mismo, una mejor calidad de vida.
“Yo tomé otra decisión, decidí que para salir adelante, debía tomar la aventura de vivir en otro país con mejores oportunidades de desarrollo”
Ser extranjero es difícil, y lo peor realmente no es el tiempo que uno pasa con estatus de “ilegal”, lo peor es cuando empezás a extrañar. Quienes nos fuimos quisiéramos llevarnos todo en la maleta, familia y amigos, comida, y hasta nuestras tradiciones. Pero tenemos otra oportunidad, podemos conocer otras culturas, gente con diferentes costumbres y sobre todo tenemos la oportunidad de comprender que no podemos conformarnos con la burbuja que la gente que administra o “mal-administra” nuestro país, nos han creado.
“Quienes nos fuimos quisiéramos llevarnos todo en la maleta, familia y amigos, comida, y hasta nuestras tradiciones.”
Puede que estés leyendo esto y pensés: “Este muchacho se fue porque no aguantó la presión de vivir en su propio país”, y sería normal, pero no debería serlo. No debería ser normal que la situación te exija abandonar todo, mucho menos que la gente piense que estás huyendo y no mejorando.
Quiero regresar a Nicaragua, pero cuando regrese quiero estar convencido de que mi país y yo podemos ser mejores, no quiero que mi experiencia sea simplemente un escape a la rutina o un tiempo muerto desentendido de la situación actual. Quiero demostrar que no debemos quedarnos solamente por estar cómodos con lo que conocemos, creo que no podés esperar cambios positivos si estás conforme con no cambiar.
“Este muchacho se fue porque no aguantó la presión”
Yo quiero regresar a Nicaragua porque no es un país normal. Nicaragua es un país lleno de gente que quiere mejorar.