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Y Sandino, ¿de qué lado está?

Y Sandino, ¿de qué lado está?

Escrito por: Andrea Baltodano

Hace más de un mes Nicaragua se levantó contra el Gobierno «Sandinista». Y sí, se los pongo entre comillas, ya se van a dar cuenta por qué.

Aclaro, de antemano, que no pretendo «robar» los símbolos de una insurrección que terminó convirtiendo una hermosa causa democrática en una lucha caudillista.

Llevo ya una semana en la que en vez de dormir, me tomo la noche y altas horas de la madrugada para leer y analizar los diferentes manifiestos, escritos y documentación que dejó Augusto C. Sandino a sus hombres de confianza.

Para empezar, el General Sandino enarbolaba tendencias liberalistas, defendía la libertad como un derecho inviolable en todas sus representaciones: pensamiento, culto, expresión, manifestación, etc., siendo el único límite no afectar la libertad y el derecho de los demás. De ahí su título (bien puesto) de «General de Hombres Libres.» Que lástima, General, que la Nicaragua del 2018 no es libre.

Fiel defensor de la soberanía nacional, manifestó en una circular a las autoridades locales de todos los departamentos emitida en Yalí el 23 de Mayo de 1927 «…es preferible hacernos morir como rebeldes y no vivir como esclavos.» Tachado de bandolero y bandido por Herbert Hoover, Charles C. Hanna y la nefasta dinastía Somoza, ¿era Sandino un vándalo, tal como los que hoy se levantan por el sueño de una Nicaragua libre?

La lucha de Augusto contra la intervención norteamericana tenía un solo fin: construir un gobierno democrático, y el General estaba consciente de que no se lograría con la intervención de por medio. La democracia es el poder del pueblo, y en un país intervenido, el poder no lo ejercía el pueblo, sino el interventor.  “El pueblo es soberano y debe respetársele el derecho de elegir sus gobernantes; y por esto lucharemos sin descanso para hacer efectivo este derecho, hoy pisoteado por los conquistadores”. En pocas palabras, el General luchaba por lo mismo que luchamos vos y yo hoy, por elecciones libres y transparentes, y lo hizo porque no estaba de acuerdo con el autoritarismo.

Expresó este desacuerdo tras el Pacto del Espino Negro. Sandino no aceptó el pacto porque Adolfo Díaz quedaba a cargo de todos los Poderes del Estado, manifestando que la paz y tranquilidad no se garantizaban teniendo a una sola persona «con una mayoría elegida por él mismo en el Congreso, Senado y Corte Suprema”. Ahora, ¿que diría el General de Ortega, jefe supremo, amo y señor de Nicaragua?

Este texto es sólo una introducción a los que vendrán después, con el único propósito de desenmascarar al Gobierno Orteguista-Murillista que se cobija con la bandera rojinegra y empaña un símbolo latinoamericano de la lucha por la justicia, soberanía y democracia. Que viva el Sandinismo hoy y siempre. Sandino vive y la lucha sigue.

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1 comentario

  1. esmeralda

    sandino lucho x una causa justa a el lo llamaron vandalo y aun asi preferia morir q vivir como esclavo el habia liberado a nuestro pueblo

    Pro hoy un 19 de abril los universitario se levantaron x una lucha justa y el gobierno los mando a reprimir hoy dia lucharemos hasta q seamos libres y ste gobierno no siga en el poder

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