Ventisca Poética.

Por: Madeline Mendieta.

Enero se caracteriza por ser un mes un poco grisáceo y con mucha ventolera. Del latín Janus, el cual retoma el nombre del Dios Jano el cual está representado por dos caras las que simbolizan el espíritu de las puertas el principio y el final, el alfa y omega. Es un mes que nos abre puertas a los inicios de nuestras propias metas y vicisitudes.

Por estas rutas del metaverso nombre que le dieran al consorcio de redes sociales, me llegó esta tarde de 18 de enero una ventisca poética de mi amigo Macuto, un joven que se ha destacado porque su poesía, tal como su lugar de origen el río San Juan, es una poesía que fluye que susurra siempre y te lleva corriente abajo hasta desembocar en una sucesión de imágenes y reflexiones que solo quien tiene una aguda audición sobre la vida nos puede dar.

La poesía y la música siempre suelen acompañarse. Las cuerdas de una guitarra vibran mientras recitas, los antiguos juglares solían hacerlo en las cortes, en las calles o donde les agarraba la noche porque su andariego ser les permitía declamar de pueblo en pueblo. Entonces, me llega un hermoso regalo poético de este joven que acompañado de una guitarra melancólica nos traslada a las riveras del río con la poesía que nos retrata una realidad grotesca, aunque la voz sea pausada, suave y nos parezca que declama un poema de amor, pero lo único que nos dice el poeta es: “desde mi escondite te envío un te amo que solo vos podes descifrar”.

Celebro estos aires bucólicos que desde su portal cibernético y desde esta propuesta de audio poesía nos ofrece Macuto como un remolino de agua, viento, versos y pluma.