Rutinas
Por: Marcos Ortiz
Observo a través de la ventana
a los miles de espectros que intentan
abordar en su viaje
unos exceden sus codos
en los rostros de algunos,
otros simplemente
se sujetan de los bordes.
Mientras que en el frente
solo se escuchan los gritos
de un alma penante
que convive dentro de este espacio,
que nunca descansa.
Y yo solo me dedico a observar,
dentro de este pedazo de lata,
con mis codos enrojecidos
y mis manos inflamadas,
rumbo a mi destino
aferrándome a una vida sin sentido.