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Mujeres rurales y ‘El Niño’

Por: Christie M. Rodríguez

“Da tristeza”, “dan ganas de llorar”, “duele” son palabras de Wendy Cerda Castellón y Vilma Larios Paniagua, productoras de la comunidad El Comején, municipio de Masaya al ver solo la tuza tirada y seca de lo que sería su cosecha en la árida propiedad de Víctor Balladares, su alquilador.

“En la Coordinadora de Mujeres Rurales nos han apoyado mucho, pero apoyan más a las de Occidente porque el lugar en donde ellas viven es más seco. A ellas las apoyan con programas de riego y agroecología, pero a nosotras no nos ha llegado la oportunidad”, resalta Larios Paniagua.

No cosecharon maíz, ni frijoles, así que ambas comenzaron a sembrar tomates, chiltomas, chiles, chayote, calala, productos que puedan sacar al mercado para generar ingresos y también para el consumo de sus familias.

“¿Hace cuánto no llueve?”, se pregunta una a la otra. Ambas ríen por no llorar.

Cerda Castellón y Larios Paniagua no se dan por vencidas, aun sin tener asistencia técnica en su comunidad intentan realizar prácticas agroecológicas para proteger sus hortalizas, las cuales a pesar de la sequía que viven, agradecen brindándoles la única fuente de alimento y de ingresos que actualmente poseen.

“Hago prácticas agroecológicas aunque sea solo con el estiércol de los pollos, porque no tengo vacas para usar el estiércol”, dice Cerda Castellón mientras observa un fruto de Pitahaya en la copa de un árbol.

Larios Paniagua afirma que no tiene vacas es por eso que va donde alguien que sí tenga para que le regale el abono que necesitan sus plantas.

“Algunas pensarán que Masaya no es seco, pero Masaya es bien seco. Aquí regamos a cómo podemos, yo con un balde y mis niñas con una “pichinga”. No dan métodos de riego, porque aquí dicen que no es tan seco, pero aquí sí es seco”, comenta Larios Paniagua.

La situación de Cerda Castellón es diferente. Tiene que acarrear el agua de la casa de Larios Paniagua hasta su casa para regar sus hortalizas, porque no tiene el servicio de agua potable. “Por la falta de agua mis naranjas agrias se están entumiendo, ya no crecen, porque tengo que economizar el agua para regar todas mis plantas”, lamenta.

“Tenemos una meta, una lucha y es que el gobierno nos apruebe el fondo y una vez esto aprobado ya no vamos a tener las grandes pérdidas, porque el terreno será nuestro y no vamos a tener que alquilar.”, resaltan las agricultoras.

Arelys Espinal Bertrand, Técnica de la Coordinadora de Mujeres Rurales resaltó que los ingresos de las mujeres han sido mínimos, porque lo que interesa actualmente con las mujeres es que diversifiquen sus parcelas y que se alimenten, “si más adelante pueden obtener ingresos está bien”

“La mayoría de los proyectos son en la zona de occidente. En Masaya solo apoyamos a grupos de mujeres en Nindirí y Masaya, pero en incidencia y participación ciudadana, en agroecología solo estamos en el occidente”, explicó Espinal Bertrand.

Abonos agroecológicos son eficaces y baratos

“Los agroecológicos son más baratos, el efecto es un poco más lento pero mejor, más sostenible y duradero que los agroquímicos, además ayudan a producir alimentos de buena calidad, tienen más inocuidad para el medio ambiente y la salud humana”, explicó Freddy Calero Valerio, Ingeniero Agrónomo de la Asociación de trabajadores del Campo.

Cuando el agricultor aplica agroquímicos la planta requiere más dosis de químicos y eso conlleva a que la economía del productor se perjudique, porque “no pasa así con el agroecológico, sino que la planta necesita menos y tiene una mayor capacidad de respuesta al clima”

Marielos Santos Tórrez, productora en la comunidad de Yale, El Tuma-La Dalia afirma que si los agricultores produjeran sus abonos agroecológicos ahorrarían mucho, porque la solución a la producción de ellos está al alcance de sus manos.

 “El ahorro utilizando productos orgánicos agroecológicos puede llegar hasta un 50% del costo real. Además está comprobado que  resiste más una parcela trabajada con productos agroecológicos que con agroquímicos”, resaltó Calero Valerio.

Medidas para combatir al cambio climático

En las cooperativas hay incertidumbres porque la lluvia se ha vuelto errática producto del fenómeno de ‘El Niño’. “Lo que recomendamos es que traten de cambiar su sistema de producción, que utilicen productos orgánicos agroecológicos para cultivar, ya que se ha visto que tienen más resistencia en los efectos del cambio climático”, explica Calero Valerio.

Para elaborar biofertilizante se utilizan 50 libras de estiércol de res, 4 litros de melaza de caña, 4 litros leche de vaca, 2 libras cal blanca, 6 libras de hojas de Madero negro, 4 libras de hoja de Nim. Todo esos elementos se mezclan en 200 litros de agua y al final se tapa con plástico. Según Calero Valerio, este sistema de producción es anaeróbica para poder descomponer todo el material en 25 días, para colar y embotellar el biofertilizante.

Los abonos orgánicos fundamentalmente se hacen de los desechos vegetales como brozas de frijol, hojas de leguminosa, hojas verdes de diferentes tipos, y desechos animales como el excremento de aves, gallinaza que lleva broza de arroz. Todos esos productos contribuyen a una abonera orgánica que estarían listas en un período de 60 a 70 días, ya que pasan un proceso de fermentación para obtener el abono negro, que es tierra vegetal fértil.

Sistema de riego

Si un productor tiene sistema de riego, la producción va a estar asegurada, porque tendrán el agua necesaria para los cultivos cuando lo amerite. El sistema le va a proporcionar todas las condiciones al cultivo para que pueda cosechar, “de hecho no va a tener pérdidas, pero también tiene que ver mucho en el tipo de cultivo al cual le aplicará el sistema de riego”

Hay diferentes tipos de sistemas de riego. Por gravedad, goteo y aspersión. En el Pacífico donde el invierno es errático porque son zonas bajas, zonas costeras les facilita los sistemas de riego para mojar grandes campos.

“En Chinandega se implementaron sistemas de riego como medida contra la sequía. 26 sistemas de riego por goteo para que las mujeres puedan sembrar sus hortalizas, puedan comer y además tener ingresos. Se trabajó con Cooperativas de Ojo de Agua, El Rosario, Palo de Lapa y Posoltega” manifestó Arelys Espinal Bertrand, Técnica de la Coordinadora de las Mujeres Rurales

Petrona Pérez, productora de la comunidad de El Rosario, Chinandega manifestó que trabajan con el sistema de riego, pero solo están sembrando hortalizas para la alimentación del hogar, porque el sol está fuerte y ha secado todo lo que han sembrado.

A diversificar los cultivos

El propósito de la diversificación es no dejar al campesino sin alimento y tener un método de subsistencia extra. Este proceso de la diversificación ayuda a ‘apalear’ el cambio climático. “Al diversificar con diferentes plantas causa un impacto positivo sobre las diferencias de temperatura, principalmente, la incidencia en las lluvias, ayuda a la condensación de la masa de nubes y eso origina precipitación”, explicó Denis Meléndez Aguirre, Secretario ejecutivo de la Mesa para la Gestión del Riesgo.

Mediante la diversificación de los cultivos, los agricultores pueden minimizar sus pérdidas por sequía.

Ya se comercializan productos agroecológicos

Productoras de la Cooperativa Gloria Quintanilla de la comarca Santa Julia, municipio El Crucero están produciendo orgánicamente y comercializando productos agroecológicos, así como otros comerciantes que hay en el país, pero “estas mujeres han superado la entrada porque ya comercializan alrededor de 10 a 12 quintales de abono orgánico y unos 2000 litros de biofertilizante, que ellas también utilizan. El quintal de abono lo venden a 200 córdobas y el biofertilizante a 60 córdobas por litro”, aseguró Calero Valerio.

Actualmente se está trabajando con 14 cooperativas en la producción agroecológica, las cuales fabrican sus abonos orgánicos y elaboran biofertilizante para su propia producción.

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