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Motivo de mi Participación en abril 2018.

Motivo de mi Participación en abril 2018.

Escrito por: Ariel Cano.

Corría el año 1979, más exactamente 19 de mayo hora cero cuando la Columna guerrillera del Frente Norte «Carlos Fonseca» jefeada por el Comandante Perfecto (El Danto/El Viejo Pancho/Germán Pomares) ingresa a Jinotega con el propósito de tomarla militarmente; contando quince años de edad me integro a la insurgencia hasta el triunfo del 19 de julio del mismo año en que cae la dictadura militar Somocista que cuyo desgobierno duró 45 años.

Posteriormente vendrían otras tareas iguales o más arriesgadas donde poníamos lo más valioso del ser humano- la vida- como ofrenda a la revolución social que era promesa del movimiento revolucionario FSLN como premisa para acelerar el desarrollo integral de los desaventajados de nuestra tierra. Muchos efectivamente entregaron sus vidas en el afán. Sus edades oscilaban entre los 14 a 30 años.

Consideré que por motivo de la guerra contrarevolucionaria el FSLN no tuvo oportunidad de iniciar siquiera los esfuerzos socioeconómicos entre los principales el dar la tierra a quien la trabaja mediante la Reforma Agraria; los asesinatos contra los jóvenes sandinistas fueron inmediatos caso Georgino Andrade durante la Cruzada Nacional de Alfabetización en la que participé entre marzo y agosto de 1980.

Esta guerra se prolongó una década en la cual fui como he dicho alfabetizador, además estudié Epidemiología en Bayamo Cuba (1984-1986); oficial DGSE y finalmente oficial del ejército, responsabilidad en la cual me sorprende el año 1990 mientras estudiaba en una Academia en Alemania Unificada. Estudios que me fueron caros personalmente pues mi joven esposa decidió el divorcio en 1989 sin previo aviso… bien… todo por la revolución. En aquella época la máxima rezaba: ¡Sin una juventud dispuesta al sacrificio no hay revolución!

Regresé en 1992 a Nicaragua y la encontré mártir o en palabras de Cortázar «violentamente dulce» y exasperante. El mito de mi movimiento revolucionario impoluto se diluía irremisiblemente… un ex militar y ex guerrillero asaltando los bancos de Estelí… otros ocupando y quedándose ilícitamente con grandes propiedades, una naciente y próspera burguesía político – militar con bienes mal habidos. Es decir, la moral se desvaneció para dar paso a las miserias humanas. El grueso de los revolucionarios quedamos a la deriva sin manchas de corrupción e hicimos lo que las clases populares huérfanas de conducción hicieron…trabajar, estudiar los menos y sobrevivir sintiendo vergüenza ajena ante los desmanes de los ex revolucionarios que se apropiaron de las otrora siglas mundialmente respetadas FSLN.

Los más honestos, consecuentes y preclaros dirigentes y muchos de sus seguidores abandonamos a inicios de los años 90 al partido político FSLN.

No obstante, fuimos ingenuos y después de 16 años de gobiernos conservadores creímos que rescatar la revolución era posible y algunos apoyamos la lucha electoral que llevó al poder en 2006 no al FSLN y al sandinismo, sino que, quien asume es Daniel Ortega y su claque en la cual incluyen ex adversarios políticos y militares. El sandinismo de base es aislado y solo nos queda asistir como testigos a pactos y componendas seudo políticas y finalmente a la francachela billonaria que la mafia orteguista hace con la cooperación petrolera venezolana y cualquier oportunidad de desfalco al erario público. No podíamos creerlo y más cuando solamente nuestras voces (Herty Lewites, MRS, Mónica, Modesto, etc.) predicaban en el desierto de la impunidad sistémica del nuevo y podrido estado de cosas. La juventud parecía sin ánimo de cambio del sistema, quizá por el desánimo que el antecedente histórico de la política criolla presentaba.

Hasta que la arrogancia del régimen de Ortega intentó (posteriormente establecido el Estado de terror lo logró) aplastar lo escuálido del ingreso de los jubilados del INSS…y la juventud plantó su coraje y pulcritud moral ante el dragón opresor… vino la vorágine misma que a los desalentados de la historia nos animó y como correspondía igual presentamos batalla al dictador junto al sector vanguardia: ¡los jóvenes!

Así una madrugada de abril del 2018 en la hora cero me sorprendió armado con un revólver calibre 38 (idéntico al que recibí en 1979) en un tranque en las inmediaciones del municipio de Matiguás.

El orteguismo pensé no puede desaparecer al sandinismo revolucionario de nuestros héroes y mártires caídos.

Sobre el Autor

1 comentario

  1. Humberto José

    El Orteguismo ya desapareció al sandinismo porq al final es la misma payasada. Tu historia es la historia de muchos, hemos evolucionado con la bandera de la patria en la mano, rescatemos la patria primero lo demás es historia de museo

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