Madre de un preso político
Por: María Angélica Almendárez
No se puede controlar el camino
por el que deciden los hijos sus andares.
Más la guía de una madre,
siempre será necesaria.
Una madre grita en las afueras,
una madre llora desde casa,
otra mujer consola a sus hijos
y pronto se acerca otra a clamar por justicia.
Mientras tanto, las celdas encierran
a hombres y mujeres inocentes
que no pueden regresar a casa,
donde se esperan con ansias.
¡Qué martirio el de las madres!
Quienes también siguen luchando.
Soportan las farsas de los juicios,
las burlas de los titulares y a sus hijos siendo llamados
delincuentes.
¡Qué martirio el de las madres!
¿El delito de sus hijos? Sentir invencible gusto por la libertad.
Jamás serán sometidas las convicciones, ni mucho menos,
la pesadumbre derrotará a los presos políticos y a sus madres.