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Las intermitencias en los sueños de la juventud nicaragüense

Escrito por: Henry Jaime Duarte

En nuestros tiempos, y en nuestra Nicaragua, los jóvenes en su contexto nos encontramos asediados por una serie de desafíos, en todos los ámbitos, empezando por el económico, que, en definitiva, despliega en mayor secuencia los demás procesos de nuestras vidas.

Entre las diversas cargas ó si se desea desde el punto de vida más romántico “retos”, que se presentan, tenemos los siguientes; “son ustedes el futuro del país”,  “ahora te toca a ti”, “debes aprender esto o aquello” entre otros.

De esta forma  nos entregan una batería de responsabilidades que sin medir nuestras condiciones, circunstancias y contextos, nos someten.

Desde esta perspectiva, existe una intermitencia que es decisiva para cualquier joven, esto es; el trabajo. Si bien nosotros abogamos por más empleo en el país, en especial la juventud que necesita aprovecharse a sí mismo en el llamado bono demográfico.

Sin embargo, no tenemos las herramientas necesarias para trascender en ese paradigma, tenemos cada vez más empleos que son dispares en cuanto a sus condiciones y salarios, las brechas que emergen vinieron  para quedarse, para dibujar un mundo surrealista, un mundo utópico  y a la vez con una distopía inmanente.

El silencio sobre la calidad del empleo para un joven parecer haber sido ya naturalizada, en los medios de comunicación en sus distintas plataformas, tenemos de todo, menos de temas que cuestionen tal tópico, es más, por lo visto, los medios ahora viven de lo que se hace “viral”, es más rentable.

Si tomamos el tiempo para repensar en este tema  sobre el empleo en la juventud, hay que detenernos no sólo en lo cuantitativo, sino, que también  hay que analizar lo que llega a sentir un joven en una etapa que se supone es para desplegar  y desquebrajar  el conocimiento.

Por experiencia propia, y con un acervo de causa, es insoslayable  tener la sensación de vivir sin estar viviendo cuando se trabaja y estudia al mismo tiempo, y no, no me refiero al pleno empleo que más de alguna persona llega a tener en esa etapa de la vida.

Siempre hay que situarnos en los otros tipos de empleos, y cómo estos diversos empleos, trastocan, y en esa misma linea van determinando nuestros sueños, aspiraciones de conseguir una mejor posición en la conocida movilidad social.

En la historia y en nuestra contemporaneidad los jóvenes se emplean en las zonas francas, en la pulpería del barrio, en la ferretería, en la empresa de productos varios como repartidor, en las panaderías, en las empresas de gaseosas, en los mercados para vender ropa, y en mayor medida por las agencias de publicidad que sólo necesitan a cualquier  mano de obra barata, para que entregue panfletos en la entrada de cualquier centro o calle.

Y por qué no, también hay que señalar a las sin números de Ongs que en su roll más “humano” convocan a la juventud a sumarse en las filas de su voluntariado, con el fin de expropiarle sus sueños y anhelos haciéndoles creer que son altos candidatos para emplearse con ellos, para luego agradecerles por su “ayuda solidaria”, claro, en el mejor de los casos.

Una  vez en este panorama, lleguemos a la siguiente  elucubración; ¿Cómo el trabajo en vez de ser un medio de dignificación e inclusión social para la juventud se convierte en toda una parafernalia instrumentalista de costo-beneficio que segrega y mutila los sueños memorables de un joven que crece con las expectativas de ser autónomo y de coadyuvar a sus allegados?

¿Qué posibilidades existen para un joven  de obtener un empleo integral  aun cuando este se encuentre debidamente  cualificado para desempeñar sus funciones?

¡Debemos hacer un alto, y ser sigilosos! Cuando se nos contrata la frase típica suele ser: “aun estas chavalo (a) ese empleo es lo mejor que podes conseguir”… Con este tipo de “alientos” hay que ser críticos, la vida entera se puede ir, y las condiciones, las realidades, el clima laboral, llegan a ser el mismo.

En suma, todo lo que llegamos a atravesar se convierte, de a poco, de a ratos, y en síntesis en una panoplia de puras intermitencias.

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