La política del garrote se tomó Centroamérica
Por: L.O.S.D
Para nadie es un secreto la terrible situación en la que nos encontramos los centroamericanos, y aunque no estamos en una guerra declarada como en otras partes del mundo. En la región vivimos una ola de violencia que traspasa todos los aspectos de nuestra vida.
La corrupción, la impunidad, la persecución, la inseguridad, la falta de oportunidades, entre muchas cosas más son los problemas que nos acechan a todos los centroamericanos. Y es que no existe país en la región que se salve de vivir sumido en la calamidad.
Comenzando con la dictadura impuesta en Nicaragua por los Ortegas – Murillos que no solo han desestabilizado su propio país, sino que han desencadenado una ola autoritaria en la región, demostrando que muchos organismos internacionales no pueden frenar la instauración de regímenes autoritarios.
En Guatemala ni se diga, los golpes a la democracia perpetuados por el sistema en un intento de continuar con sus fechorías, encarcelando a periodistas, intentando anular candidatos y peor queriendo cancelar partidos políticos en vísperas de elecciones; algo similar a Nicaragua.
En El Salvador la cosa no pinta mejor, pues Bukele ya se ha autodesignado como el salvador de dicho país, y ya sabemos cómo terminan esas historias; las cuales comienzan con el control del Estado y llevan por desenlace una dictadura; algo también similar a Nicaragua.
Y si nos vamos a Honduras da hasta escalofríos, en el 2020 tuve la oportunidad de visitar el país y solo con sentarme 15 minutos a ver el noticiero para informarme de la ola de violencia que vive el país centroamericano, diario personas inocentes son asesinadas por criminales bajo el amparo del gobierno; el cual se encarga solamente de defender otras dictaduras en la región como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Y aunque en Costa Rica para los organismos internacionales aun hay democracia, es palpable el populismo que descarga el presidente de esa nación en sus discursos, además de su retórica anti-derechos humanos, anti migrantes y en contra de la prensa independiente.
Sin duda alguna ni el pasado, ni el presente de los centroamericano han sido y son buenos; sin embargo; no hay que perder la esperanza y seguir luchando como hermanos por construir una región en la que valga la vena quedarse a vivir, cumplir sueños e invertir.
