La educación sin doctrina en una Nicaragua libre
Por: Néstor Cedeño
Nicaragua nunca ha tenido un buen sistema educativo.
Quizás “nunca” sea la palabra inadecuada, pero si naciste en un país donde el único presidente que has conocido ha estado atornillado dentro y fuera del poder por décadas, entonces “nunca” es la palabra adecuada.
Además de ser el segundo país más pobre del hemisferio y uno de los países más corruptos, la calidad de educación que recibe la juventud nicaragüense es, no solo pobre, sino también severamente politizada a través de la doctrina.
Hay que ser realista, Nicaragua es un país donde no todos tienen la posibilidad de cursar en un colegio privado donde se supone hay más calidad y menos doctrina. Por lo tanto, el gobierno tiene un deber de brindar una educación que no se quede atrás.
Pero “El buen gobierno” no ha hecho tal cosa por mucho maquillaje que uno ve sobre sus fachadas.
Entonces, en la nueva Nicaragua, lo primero que tiene que ser reformada, hasta el punto de ser erradicada por completo es la doctrina descarada que nació en los 80 y volvió a instalarse para la segunda ronda de Ortega como mandatario—una doctrina que los maestros están forzados a enseñar. Digo forzados, pero todos estamos claros de que existen educadores que son partidarios al régimen y que con orgullo enseñan y alaban una versión orwelliana de cómo debe de aprender la juventud.
La doctrina no puede ni debe tener lugar en las escuelas públicas, todo alumno tiene derecho de aprender lo correcto y la verdad, sin manipulación a favor de un partido o movimiento alguno.
Se debe enseñar la importancia de ser nicaragüense y no sandinista. Así que algo como: “Toño, Delia y Rodolfo pertenecen a la Asociación de Niños Sandinistas. Los niños sandinistas usan un pañuelo. Participan en las tareas de la Revolución y son muy estudiosos” no debería ser algo que se imparte en la escuela.
Eso no es enseñanza ¡es doctrina!
Los libros de texto tampoco deben de tener al comandante y la compañera plasmados por distintas páginas, usándolos como ejemplos históricos, matemáticos ni mucho menos del idioma del inglés del imperio que tanto odian—es absurdo.
“This is Daniel Ortega. He is the president of Nicaragua. He is the leader of the FSLN. He is from Chontales”. Solo en lugares como Cuba o Corea del Norte alaban a sus líderes de esa manera.
Lo que si tiene que haber en nuestro sistema educativo es la importancia del pensamiento crítico. Nicaragua necesita urgentemente darle una voz al futuro de la nación, son ellos quienes tomarán las riendas—para bien o mal —y lo menos que se puede hacer por ellos es enseñarles a tener criterio propio, sin temor a recibir repercusión de un gobierno que busca mantener un sistema de dominio y complacencia.
Nicaragua no puede seguir con una educación de baja calidad si es que piensa progresar y no volver a sufrir bajo otra dictadura o como mínimo, ser víctima de personas que quieran aprovecharse de un país sin conocimiento.
Néstor Cedeño es maestro y autor de obras sobre la rebelión de abril. Puedes descargarlos gratuitamente a través de http://nestorcedenoautor.wordpress.com/libro