El Carmen, Florencia.
Escrito por: Francisco Medrano
Todos los caminos de Nicaragua, conducen siempre a la chureca.
Iván Uriarte.
A la 6 de la tarde
entre las líneas que dividen
la calle de la UCA.
entre rótulos de los santos de los últimos días
que se disputan la propiedad de Nicaragua.
siento al sapo, al oreja, a la piltrafa que vive de lo que arrojan
pendiente de mi discurso para luego tacharme de equivocado
y de disparado porque no estoy mamando la teta.
Este remedo de policía del pensamiento
pulula entre los rincones y exteriores de las pocilgas
donde confabulan para seguirle sacando sangre a los indefensos,
Almas sin rostros
deambulan por calles donde me encuentro
donde me detengo,
donde no existo,
aunque pienso.
Las rutas pasan desbordadas a mis costados,
coloquialmente, me saludan:
-«Apartate hijueputa»
Todo es un caos.
En una esquina, una masa de tejidos,
sangre estancada, olor a vómito vistiendo de azul casi negro
sostiene un rifle
por horas
por hora y por horas
se le explotan las varices
como a las viejas de los rezos de la Santa Cruz,
ausente del bullicio, su mente se pierde
en la imaginación del mensaje que recibió,
pero que no contestó,
porque Claro se le bailó el saldo.
Alguien roba, alguien violenta el precepto jurídico impuesto,
Yo sigo entre líneas,
estoy con otros
pero nadie conmigo.
no soy apto para opinar sobre el tema
seguro mi comentario será sobre esta crisis institucional
y su respuesta será:
-«Solo mierdas hablás».
Todo es un caos,
No nos fijamos si el viento mueve las hojas de los árboles
nos cegamos por las luces
de bombillos productores de oxígeno.
Todo es un caos.
Aunque aborrezca la servil autoridad que hace posta aunque llueva,
haga sol, haga hambre,
aunque la nana esté enferma y él no tenga ni para una pastilla
pues el Seguro cortó el suministro de medicamentos
Lo reconozco como mi hermano,
(No me le acerco,
es un guardia de nuevos ricos,
y todo lo que pienso, siento
o platico lo hago en voz baja).
Aunque lejos de él esté la dignidad y la esperanza
pues es ultrajado y mal remunerado
al igual que todos los que cogemos buses en la parada de la UCA
y llevamos en los bolsillos desempleos
en los ojos la desgracia
por el sol
por el hambre
por el frío
y el turqueo
en transnacionales que nos explotan
nuevos algodonales
nuevas bananeras.
Mientras, en casa de vuestra señora de Médici
se deleitan con dulces banquetes,
manjares exquisitos,
espumosas bebidas espirituosas,
aperitivos importados para todos sus
honorables aduladores,
eruditos de la paz, el bien y la justicia
que deleitan el caviar.
Hay un caos,
Pero entre el caos,
se devisa el progreso.
Ya no solo somos potencia mundial
en el hambre y el desempleo.
Hoy somos vanguardia y punta de lanza
de la alta costura en pasarelas.