Desafíos a la sexualidad
Por: Rolando Dávila-Sánchez
Es un tema tan interesante como complejo el de la sexualidad de los jóvenes, imagino que no sólo para el país y no sólo a esa edad, tiene tantas aristas como vicisitudes, de ahí quizás la necesidad de “clínicas del sexo” estilo Sex Education. Este tipo de temática se ha vuelto una premisa en los últimos años en programas muy exitosos y premiados por la forma de abordar el tema, cabría la duda, si han hecho tan buena labor educativa como haciendo crecer el rating y las ganancias, aunque no es su objetivo, pero han servido de mejor manera para conectar con la juventud, en lugar de esa incómoda charla desde la experiencia de un adulto que tampoco sabía lo que hacía en su momento y preferible a dejarlo desatendido y a la discreción. En todo caso, existen varios desafíos:
La falta de educación integral, a pesar de los esfuerzos de organizaciones y el gobierno, esta sigue siendo limitada e incluso fragmentada. Según recuerdo, suele centrarse en la prevención del embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual, temas de prioridad sí, pero no se aborda de manera integral otros aspectos de la sexualidad como el placer, el consentimiento, las relaciones saludables o la diversidad sexual.
Persisten tabúes y estigmas, su plática abierta sigue siendo vetada en muchos sectores de la sociedad nicaragüense, lo que dificulta ventilar con confianza las dudas, miedos o experiencias; lo que limita el acceso a información confiable. Asimismo, las desigualdades de género; suelen ser las mujeres jóvenes quiénes enfrentan las mayores barreras para acceder a información y servicios de salud sexual y reproductiva. Esto se debe a factores culturales, sociales y económicos que las colocan en una posición de desventaja, como la pena, la segregación y mitos de toda índole. No hay que negar que aún vemos con recelo la sexualidad en las mujeres, con aire canónico, con reproches, represalia, ventaja, denigración y menosprecio… cuando ni si quiera se es un sujeto ético ni moral en capacidad de hacerlo; al menos de forma general e histórica, puede que algunos avances ya se hayan alcanzado en el área. Tampoco que sea una situación sin excepciones, siempre habrá alguien que haya experimentado todo lo contrario, con saña, alevosía y ventaja, siempre desde la dolencia, sin menoscabo de las premisas anteriores.
Al final mencionar, el acceso limitado a servicios, en especial los jóvenes no tienen acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, en particular en zonas rurales o de bajos recursos. Esto puede dificultar el acceso a métodos anticonceptivos, pruebas de detección de enfermedades y atención médica en caso de necesitarla.
Vivir la sexualidad plenamente en Nicaragua, como en cualquier otro lugar, debería ser un derecho de todas las personas, ante la mayoría de edad, pero de forma consciente y consensuada. Sin embargo, todos estos elementos factoriales terminan influyendo de forma decisiva en cómo se experimenta la sexualidad, en particular cuando se es joven. Existe mucha vulnerabilidad a la violencia de género, es aún persistente a pesar de los esfuerzos realizados. Si se llega a ser victima de esta o de cualquier tipo, habrá que recurrir a las autoridades involucradas en el tema. Siempre es de ayuda hablar abiertamente sobre sexualidad, tal como se haría con cualquier otro tema, involucrarse con grupos o movimientos que se dediquen a esta área, incluso con personas de confianza; toda contribución es valiosa para romper tabúes.