Cautivo
Por: Marcos Ortiz
A John Cerna,
Aún me queda vivir más
en el terrible terreno
de muros y serpentinas
por nacer feroz y libre
no puedo ver el cielo.
Más allá, lejos de este abismo habita ella,
quien, con un rugido triste,
llora sobre la imagen de mi regreso
mientras acá,
estoy estremecido,
y me escondo del alboroto de los espectadores.
Estoy sediento de volver escombros
la brecha inmedible que me separa
de los perfumes de la libertad.
Llevo un año preso
con barras y grilletes,
me condenaron a ser golpeado, maltratado,
y a servir de exhibición en el presidio.
Deambulo dentro de esta celda
donde me alimentan y sufro,
me bañan y lloro,
me visitan y muero,
me recuerdan, pero con el tiempo me olvidan.