Lo real reconoce lo real
Escrito por Néstor Cedeño
El mural era blanco, pero sucio debido al terreno donde se encontraba. Cada letra—color azul— fue pintada con cuidado hasta formar la frase completa. Pero ese muro aún no estaba perfecto… aún faltaba un toque final—un corazón, color rosado. Una pinta—arte vandálico—creada con el corazón que terminó reflejada sobre ese muro. Una imagen que fue publicada en las redes y que nunca será olvidada por quienes conocían a aquella muchacha que pintó “Patria libre para vivir”.
Los disparos en la UNAN la pudieron haber matado—como mataron a dos de sus compañeros. Compartió con muchos en aquel recinto—sobre libros, música y secretos— y creyó en sus luchas. Defendía diferentes colores; no sólo el azul y blanco, sino también el morado. Quienes la conocían juraban que su solidaridad y honestidad eran genuinas.
Esa niña que aún vivía en ella marchó por las calles—con zapatos Converse y traje de huipil—con la bicolor sobre su espalda y la cara tapada. Esa mujer no dejó de resistir al haber escrito:
“Yo te cielo,
yo te barricada,
yo te tranque,
yo te Arlen Siu
yo te Nicaragua”
Conoció el miedo—como conoció lo real—para ella fue evolutivo. Pero se cansó de sufrir y ver sufrir y el miedo dejó de importarle. Eligió la libertad o como quieras llamarlo…
Otro muro blanco… listo para ser pintado. Esta vez, la frase fue acompañada por brazos alzados y caras tapadas. Esa frase—como la canción de donde salió—hace honor a su gente, que como ella—rebelde guerrillera—vivirá… con el son de la marimba y el latido de un atabal valiente.