Transitando.
Escrito por: Concha.
Soy solamente carne cruda caminando,
transitando los pasillos de esta casa,
estos mismos pasillos, que un día hace muchos años fueron;
castillos, selvas, islas encantadas, y otros multiuniversos distintos
descubiertos por la imaginación de una niña,
a la que siguen queriendo forzar a ser un niño.
Transito, cada cuadro, cada pared,
con la esperanza de sobrevivir
a este encarcelamiento
hasta ahora autoimpuesto.
Transito haciéndome el propósito
de encontrarme,
de devolverme las ganas,
de hablar de nuevo,
de que tal vez en aquellos otros años
donde me dejaba fluir,
pueda hacer fluir este otro nuevo año
tan tedioso y aburrido.
Transito, por la cocina,
por los cuartos de mis abuelos,
por mi propio cuarto,
por el baño,
me acomodo en el sofá de la sala
a donde intenté mudarme un par de veces
antes de cumplir los 10 años.
Transito el corredor donde está el escritorio
lleno de mis primeros libros,
pero me niego a llegar al jardín,
me asusta y
automáticamente la carne me hierve.
Es como si me quisiera negar
haber dejado algo que prometí no hacer.
Pero sigo transitando y las cadenas pesan;
pesan porque los recuerdos vuelven, y duelen;
pesan porque tenía ya mucho
de no quedarme tanto a solas con mis historias,
con mis fotografías, con mis pensamientos, y mis demonios.
Con esta gente que dice que es mi familia.
Pesan las herencias y el no poder
dormir por las noches,
pero también pesa poder contar todo esto aquí,
desde mi viejo sofá al que quería mudarme,
con un tazón de helado y
mi cuenta de Netflix abierta.
Pesa porque yo sé que hay quienes no pueden,
quienes deben trabajar por esas familias
que dicen ser suyas,
quienes no se pueden encerrar a revivir sus historias,
quienes no tienen que comer,
quienes duermen afuera de emergencias en la calle de un hospital.
También pesa por ellas,
por las que están encerradas
y se sienten solas,
por ellas, por las que conviven con un abusador,
por las que están sometidas a él, por las que lo soportan.
Y sigue pesando porque aún después que el encierro termine,
hay nudos que no voy a lograr soltar.
Pesa, pasada la medianoche leyendo este encantador y nostálgico Verso Libre…