¿Qué onda con los femicidios?

Por: Omara Leiva Alvarado

Los femicidios son la plaga que día a día intentan robarme los sueños…

La publicación de informes que revelan el alto índice de femicidios en el país ha llevado a muchos al cuestionamiento de la definición exacta de este delito, y entonces surge de nuevo la interrogante para la población: ¿Qué es femicidio?

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el femicidio se entiende como el asesinato intencional de una mujer por el hecho de ser mujer, pero las definiciones más amplias abarcan todo asesinato de una niña o una mujer.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo define como el asesinato de mujeres como resultado de la violencia de género y que ocurre tanto en ámbito privado como público. Para las organizaciones de mujeres en Nicaragua, el femicidio es comprendido como la muerte intencional y violenta, por el simple hecho de ser mujer.

Sin embargo, para los funcionarios públicos y “operadores de justicia” de nuestro país, dicho delito se presta a otras interpretaciones, en que explican que no todo crimen cometido en contra de una mujer es un delito, y sólo debe considerarse como

femicidio el crimen cometido por un hombre contra una mujer con la que tuvo un “vínculo afectivo”. Evidentemente, conceptualizaciones de este tipo confunden a las personas, por ello es indispensable preguntarse si acaso la muerte de Ligia Arce, la adolescente violada, ahorcada y asesinada el pasado 11 de julio no fue víctima de femicidio, tomando en cuenta que los culpables eran a ajenos a su persona.

La muerte de Selena Lira Reyes es otro caso muy cuestionado. Lira, de 15 años recibió tres disparos por parte de Eddy Taleno, un joven de 19 años que con un rifle calibre 22, no dudó en quitarle la vida. Motivo del crimen: Taleno estaba “enamorado”, pero ella no le correspondió. Al final, el joven se hizo dos disparos en el pecho, pero estos no fueron efectivos.

Ante este tipo de situaciones el gobierno no hace más que evitar hablar del tema. Durante los actos presidenciales las prioridades son otras, ni los femicidios, ni la condena a los femicidas, ni mucho menos el bienestar de las niñas y niños hijos de las víctimas están en la agenda.

Mientras tanto, el sistema nos lleva a la impunidad, a la retardación de justicia, dos, tres o más semanas de espera, a la orfandad, a la desprotección y a la latente muerte de mujeres. Hasta ahora, la lista es de 50 mujeres víctimas de femicidios, de las cuales 12 de ellas eran menores de 20 años, preguntémonos: ¿Cuántas mujeres más deben de morir? ¿Quiénes serán las próximas? ¿Nuestras madres, hermanas, primas, hijas… o nosotras mismas?

Contra los femicidios… ¡Ni perdón, mucho menos olvido!

¡Mi derecho a la vida es la razón por la cual decido hacer revolución, todos los días!

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