
Paradigma de mujer

Por: Fernanda Zapata.
Ser tu misma yace en la esencia de la indiferencia.
Encarnar en tu sexo femenino la palabra y fuerza del resurgir de tu propia sangre y dolor.
Criar la esperanza, y moldear con tus manos de amor, y confianza su armadura interna.
La severidad de tu rango es la incógnita sobresaliente en el código Da Vinci.
Es el laberinto que aguarda cada pasaje conectado con tu cuerpo y la mitología del beso, y afecto que encierra en tus sentidos la ilusión del movimiento.
Es retener el caudal al escuchar y expresar en tu busto del arte, ciencia, filosofía, deporte, geología, salud, agronomía, ecología o simplemente presenciar y conectar con tu verdadera intimidad. Si, intimidad de ser, sentir, percibir, escucharte, perderte, centrarte, encontrarte amar y vivir.
Es también aprender a estar, callar. Dando espacio al silencio para crear tu atmosfera de objetividad, y serenidad en la unión al vinculo y el deseo de la armonía, que entabla la magia de nuestra individualidad; y poder colectivo resonando con fuerza, y nitidez en el interior de nuestro magno, y divino útero.
Mujer es la roca madre que sostiene la tierra, es la valentía e ímpetu de resiliencia en cada país, barrio, pueblo, aldea, espacio.
Es la voz que resurge de las montañas fértiles. Es el canto de la divinidad, y aprendizaje del inmortal ave fénix que renacer puede de sus cenizas.