La verdad, la realidad
Escrito por: José Andrés Mejia G
En un pequeño país de América, pero el más grande en la región donde se encuentra ubicado, existe una maldición que ha atormentado a esta pequeña nación desde su independencia siglos atrás. Esta maldición que es igual a un cáncer ha mortificado a su diminuta población, que es insignificante para el mundo entero. El pobre pueblo ha rogado a su Dios ¡Por favor! ¡Llévanos a la libertad, no permitas que esto siga pasando!, pero a pesar de las oraciones, el mal se sigue esparciendo por años y años. La maldición comienza por líderes que resultan ser emperadores obsesionados con el poder, que prometen el cielo para la nación, pero no causan más que un infierno, prometen libertad y traen genocidios, prometen trabajo y traen la ruina, prometen trabajo y traen miseria. A pesar que las señales advierten y dan mal agüero de lo que puede pasar, la gente sigue creyendo en las falsas promesas de los emperadores, con palabras y obras que maquillan el oscuro trasfondo. Muchos han querido terminar con la maldición, pero al terminar un ciclo comienza el siguiente y a veces comenzado por quienes lo terminaron, un ciclo sin fin.
Si intentas desenmascarar la mentira de estos emperadores, te ganas cárcel y posiblemente la muerte, si tratas de hacer un cambio, este mal te va a perseguir y cuidado tal vez no hay escapatoria.
Pocos con iluminación casi divina, pueden ver la verdad, la realidad, pero tienes que ser fuerte y decidido en esta lucha, que no es física, sino intelectual, ir contra todo pronóstico, con momentos donde los cercanos te dirán estas mal, cuando sabes que ellos son los que están mal, desear ir más allá para no ser un borrego de un gobierno dinástico.
La pregunta es: ¿La maldición se esparce por que no tendrá fin o por la gente que creen en los falsos emperadores? O ¿Sera un castigo divino por la adoración a falsos dioses?
Y la maldición es: La ignorancia
Y la educación es su enemiga