La redención de las ideas

Por: Javiera Corea Zeledón

Es natural que en todas las generaciones se gesten ideas de cambio ante las situaciones que transgreden la justicia, la paz y la libertad, principalmente esta última. La libertad es en gran medida el crisol de la juventud, de las minorías, de aquellos que con sus ideas proponen un mundo mejor. Las ideas naturalmente son el génesis de los modelos de vida social e individual, son la perdurabilidad del razonamiento humano, más allá de las personas, sobreviven sus ideas.

La consecuencia inmediata a las ideas, es la propagación de estas con la ­finalidad de provocar una necesidad conjunta de realización. Cuando las ideas se desprenden de la mente del ideario y se consigue la complicidad de aquellos que comparten su punto de vista, se entrelaza una intención común de cambio, un movimiento que no siempre muestra rasgos de materialización, pero ¿por qué la gente no se preocupa más por realizar sus ideas?, yo pienso que se debe en gran medida por la fuerza de la aceptación del pensamiento, a las personas nos importa más el consentimiento del resto que la lucha por un ideal y es en ese punto donde las ideas caen en un estado de inercia.

Mi propuesta para una Nicaragua en crisis, como en la que hemos vivido los últimos años, es rescatar el afán por ver ideas positivas en ejecución, ir más allá de la proyección del pensamiento, actuar en conjunto, ponernos de acuerdo para solucionar el mar de necesidades que nos heredaron los gobiernos desde abajo o desde arriba, donde se sienten, siempre delegan inequidades y miseria. Las verdaderas soluciones las tenemos nosotros, el pueblo, todo depende de cuanta tolerancia tengamos en relación a todos los atropellos que nos hacen los dueños del poder en este país.

Tengamos el valor de trascender con nuestras ideas, hagámoslas una realidad palpable, el fi­n provee los medios. No condenemos nuestro entusiasmo al simple hecho de haber tenido una “buena idea”. Si creés que rescatar al planeta, crear conciencia social, trabajar por las personas menos favorecidas o reforzar la educación en el sistema nacional, son asuntos que los gobiernos han olvidado por enfocarse en el enriquecimiento personal de sus miembros o por razones que no combinan con sus políticas e ideologías “de a peso”, lo ideal es que movamos voluntades por un motivo común: tener una Nicaragua libre, justa y próspera.

 

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