
Hablar del Acoso Callejero…

Por: Gema Obando
Hablar del acoso callejero, es como hablar de una astilla clavada en la piel, molesta, duele y es difícil de extraer y solo quiénes la llevamos podemos notar cuánto pesa y nos afecta este dolor sordo, que perdura y no se va.
Hablar del acoso callejero, es un sentimiento de angustia y desagrado, es recordar aquella niña que desde los 12 años fue víctima de acoso, es recordar el temor que sentí en cada momento que fui vulnerada.
Hablar del acoso callejero, es tener que obligarte a desarrollar herramientas físicas y emocionales, para protegerte ante este fenómeno, por qué según tus experiencias, la gente solo observa, ignora y calla.
Hablar del acoso callejero, es no querer describir con detalle lo que aún recuerdo que viví, por qué hacerlo, sería revictimizarme y quedar con un sabor amargo de rabia e injusticia.
Y aun así, hablar del acoso callejero es necesario, por qué de lo que no se habla, NO se puede cambiar. ¿Qué necesita la población para buscar un cambio? ¿Que más necesita la sociedad para reaccionar?
El acoso callejero es el pan de cada día, las mujeres sufren de acoso callejero desde temprana edad, independientemente de su etapa de vida, condición, clase, raza, las mujeres son objeto de sexualización y violencia en las calles en Nicaragua.
Juntos podemos cambiar la perspectiva hacia este fenómeno, si observas una situación de acoso, graba, grita, objeta, discutí, pero NO te quedes en silencio. Decile NO al acoso!