Este es el país al que me aferro, pero el que necesito dejar
Por: C.Maga.
Es el país que ya no reconozco y eso me genera mis más terribles temores en el tiempo qué pasará.
Ya no hay llamadas, casas, oficinas, bibliotecas, bares y cafés donde nos encontrábamos… personas u hogares. Y en el remolino de mi mente agitada me veo luchando por tomar recuerdos para convencerme una y otra vez de que esas relaciones y conversaciones, esos lugares y planes sí existieron.
Cada vez quedamos menos, cada vez el fuego se dispersa en el mundo y al final, las llamas chiquitas solitas se extinguen… pero yo no quiero apagarme… entre el pesado dolor de nuestra realidad y el placer del camino de la indiferencia, elijo el primero.
Cada vez quedamos menos y ha llegado el momento en que esta tierra me expulse y las cúpulas me destierren, destierren mis recuerdos, lazos, proyectos y sueños. Y se rían de ello en sus banquetes. Paso a ser un número. Mi trabajo en silencio está ahora nada más en mi mente. Y me duele, es parte de crecer, y yo sé que volveré, con más fuego que nunca a reunir cenizas de lo que destruyeron.