Emprender para no padecer.
Por: Clarissa Montenegro
La vida laboral resulta extenuante: jornadas en la oficina que parecen interminables no nos permiten contar con el tiempo que desearíamos ocupar para otras actividades más gratificantes u ociosas. Sin embargo, ni siquiera el poco espacio que nos quedara podría ser ocupado para tales cosas sin el indispensable dinero. Pero no nos han enseñado que el dinero puede venir de otras fuentes, y no necesariamente de un puesto en una empresa.
Emprender parece ser la palabra del siglo XXI. Nunca había sido más sencillo comunicar la existencia de algo o alguien, por lo que ya no se necesita de tantos mediadores para hablar sobre nuestras capacidades o talentos.
El mundo hiperconectado da la posibilidad de trabajar tranquilamente desde casa, pero pocas personas están explotando esa oportunidad en nuestro país. Sea por desconocimiento, temor o pereza se pierden de un ingreso que está ahí por la simple razón de no decidirse a aprender cómo obtenerlo.
Nos han acostumbrado a tener que recurrir a un empleador para generar dinero. Nos han enseñado que, sin el apoyo de una empresa, es imposible que podamos sobrevivir. Nos han educado en las escuelas para ser esclavos, sin decirnos que nuestro potencial es lo suficiente como para brillar por sí mismo.
Emprender para no padecer abuso laboral, jornadas sin respiro, estancamiento laboral, ausentismo y demás males depende de nuestra voluntad. Este no es un fenómeno producto de la revolución digital: desde siempre han existido rebeldes que se han negado a entregar su preciado tiempo y han preferido luchar por sus propios medios para subsistir. Y lo han conseguido. Muchos se han vuelto millonarios. Otros se han conformado con ser los dueños y señores de sus horas.
Basta de quejarse de las condiciones. Tomemos el destino con nuestras propias manos y forjémoslo a como creamos mejor para nuestra vida. Sólo queda empezar.