El rostro del feminismo.
En el seno de la organización feminista Venancia nos encontramos a Norma Elena Chavarría Mendieta, una joven de 29 años que lucha día con día por promover los derechos de las mujeres y del pensamiento filosófico del feminismo a través de la educación popular y la información que la misma institución brinda.
El principal fin de Venancia como organización y de Norma como mujer joven, es trabajar de manera directa con todos los colectivos de mujeres de la sociedad para generar conciencia y hacerlos actores de cambio en pro de sus derechos. Con toda la información que se divulga, lo primero que se busca es brindar habilidades y herramientas que les permitan a las mujeres ejercer el derecho de desarrollarse tanto en los espacios privados como en los públicos.
Norma, una mujer emprendedora y luchadora incansable de los derechos de las féminas menciona que los derechos de las mujeres no deben de ser violentados ni muchos menos puestos en discusión, “los sueños y metas de una mujer no pueden dejarse atrapar por un sistema machista que cada día obliga a las mujeres a sacrificarse”, resalta Norma, que a la vez destaca que ella cree a la par del proyecto y en su incidencia para el cambio social.
Para esta joven mujer, ser partícipe de la promoción de los derechos y de un espacio así le ha permitido reconocer todo lo bueno y lo malo de cada pueblo o comunidad, ya que considera que en cada uno se viven diferentes situaciones de violencia hacia las mujeres, sobre todo en uno como Bocana de Paiwas, donde habitó hasta sus 20 años. Ella considera que en lugares así se pueden ver situaciones particulares y que quizá no suceden en la ciudad, pero que la violencia hacia la mujer se vive en todos lados y es algo de nunca acabar.
La oportunidad para que Norma luchara por las mujeres llego cuando apenas tenía 13 años y de la mano del grupo Venancia, en el que hasta hoy labora. En ese instante su primer acercamiento al feminismo y los derechos de la mujer fue con sus primeros talleres sobre derechos sexuales y derechos reproductivos, los que considera fueron la pauta para analizar y criticar las realidades que podían notarse en su pueblo, acompañado de esto fue el deseo de superarse y de ser diferente.
Su deseo por integrarse a la organización fue para colaborar de manera directa en la lucha por colocar a las mujeres en una posición de igualdad, diferente a la que actualmente tienen, y porque considera que de alguna u otra manera se tienen que acabar los femicidas que asechan e imposibilitan el pleno desarrollo de las mujeres.
Ella cree que los jóvenes deben dejar la apatía a un lado y empeñarse en reconocer que vivimos en un sistema machista y patriarcal, muchas veces influido por las doctrinas religiosas que contradicen todo lo que las organizaciones denuncian entorno a la violencia hacia las mujeres. Norma cree que además de todo esto hay mucha influencia negativa de los partidos políticos, colegios y universidades, partiendo de esto, ella invita a los jóvenes a ir más allá de las protestas, hay que cultivar la conciencia porque sin esto no habrá nada que realmente valga la pena.
Hoy en día, Norma es un ejemplo para muchas mujeres, ella se desempeña en el área de comunicación en donde cada día siente más deseos de continuar aprendiendo de las mujeres y de sí misma, para continuar aportando a la erradicación de la violencia hacia las mujeres nicaragüenses.