
Cine: “Emilia Pérez” Una de esas películas que no deberían existir

Por Eliezer Román
Luego de muchos señalamientos de internautas e incluso de medios especializados, llegó a las salas de cines de Nicaragua la polémica cinta francesa Emilia Pérez. Estoy seguro de que muchos han leído o visto análisis pocos favorables sobre esta película que, por alguna razón ha logrado 13 nominaciones a los Oscars, por ello, acá te explico un poco porque tanto ruido alrededor de esta película.
Una idea interesante mal ejecutada
Seamos justo, Emilia Pérez, al menos en papel, es una idea interesante. Se trata de un narcotraficante que solicita el apoyo de una abogada para poder borrar su pasado delictivo, lo cual incluye, una reasignación de género, más no una transición (ya lo explicaré adelante), y así comenzar una nueva vida. Y todo esto es un musical.
Si bien, podríamos estar ante una obra bastante experimental y que pudo haber salido bien, los problemas comienzan con su director: Jacques Audiard, un francés que ha asegurado no haber investigado lo suficiente el país en que se desarrolla su película. He acá el primer error garrafal, pues el México de Emilia Pérez parece más bien un sketch de comedia, desde los puestos de tacos hasta la forma en que se ilumina a las personas morenas. Una de las razones por la cual México, junto al resto de Latinoamérica, se ha puesto en contra de este tipo de representación es la seriedad con la que se vende. Estoy seguro que se les perdonaría si se vendiera como una comedia, al menos en parte.
Una lengua de países pobres
El segundo error, y uno de los más discutidos de la cinta, es el del idioma. El mismo director declaró en una entrevista que el idioma español es una lengua de países migrantes y en vías de desarrollo, definitivamente ese pensamiento se transmite a través de los diálogos de la película, pues no se sienten genuinos, ni siquiera las actrices puede hablar con seguridad, como es el caso de Zoe Saldaña, y ni digamos la mala actuación y pronunciación de Selena Gomez. No cabe duda de que hubo una traducción pobre y una falta de investigación. Es como si se hiciera una película sobre Nicaragua y se usaran todos los clichés lingüísticos populares en tiktok. Se sentiría poco natural.
Por eso, partiendo de esa mala ejecución de la lengua y el lenguaje, las canciones de este musical carecen de ritmo o rima y resulta poco placentero ante el oído de un hablante del español.
Todo reducido a los genitales
Retomando un poco la trama de la película, el personaje titular de Emilia Pérez, es una mujer transgénero, pero acá está también el tercer error de esta cinta, pues no estamos ante una buena representación de la identidad trans. La película en sí sugiere que este hombre, antes conocido como El Manitas, se convierte en esta mujer blanca y elegante para sepultar su pasado, pero toda su transición se reduce a un cambio en sus genitales. ¿Dónde queda toda su lucha interna? En ningún momento vemos a El Manitas batallar contra un cuerpo con el que no está conforme, contra una sociedad que no lo acepta, contra un ambiente transfóbico como lo es el mundo del narcotráfico. Incluso hay una canción en el propio musical que reduce toda está transición a una parodia “From Penis to Vagina”.
Los desaparecidos siguen desaparecidos
El cuarto error, y el ultimo que mencionaré, es el tema delicado de los desaparecidos, que no solo se trata de personas desvividas o traficados por culpa de los narcos y el gobierno, si no de todo un movimiento social; la herida abierta de un país.
Este tema queda tan relegado a un segundo plano, que es poco creíble que el personaje de El Manitas, ahora Emilia Pérez, se conmueva ante semejante crisis al recibir un papel en la calle sobre uno de los desaparecidos. ¿Por qué no se conmovió antes mientras mandaba a desaparecer a esas mismas personas? Este tipo de motivaciones simplemente se siente superficial.
El papel de Netflix en todo esto
¿Por qué Emilia Pérez ha tocado la fibra de Latinoamérica cuando Hollywood siempre ha insultado las culturas de otros países? A como había mencionado se trata de una campaña para vendernos una “película seria” pero no lo es. Emilia Pérez es un insulto, y es un insulto serio. Esta vez fue México, en los próximos años puede ser Nicaragua o cualquier otro país latino.
Por esta razón, es importante consumir cine hecho en Latinoamérica y por latinoamericanos, desde documentales hasta ficción, y mientras más se consuma de manera legal, más oportunidades habrá de que un multinacional gigante como Netflix financie cine hecho por latinoamericanos y no por europeos.