Carta desde el futuro
Por: Mario Olea
Querido yo de 15 años,
Han pasado muchos años desde que eras ese muchacho que miraba por la ventana del aula, deseando estar en cualquier otro lugar. Hoy te escribo desde el otro lado del dolor, desde una vida que —aunque no perfecta— es más libre, más plena, más tuya.
Te veo, ¿sabés? Te veo esforzándote por encajar, riéndote bajito para no llamar la atención, bajando la mirada para evitar comentarios que igual llegan. Sé lo cansado que estás de fingir que nada duele. De actuar como si todo estuviera bien cuando por dentro solo querés desaparecer.
Lo que nadie supo —porque lo escondiste bien— es que el silencio también pesa. Que hay palabras que no dijiste por miedo a que todo cambiara. Y es cierto, algunas cosas cambiaron, pero no todas para mal. Con el tiempo, descubrís que lo que te hacía sentir «diferente» era, en realidad, tu mayor fuerza.
