Hálito de vida

Por: Lea Bolt
Desde la periferia de mi cuerpo,
mi ánima veía mi esencia dormida,
en negación,
como fantasma intentaba volver a mi carne ya desconectada,
en mi rostro helado,
se mezclaba la sal de las lágrimas,
que alguna vez brotaron de adentro mío,
con gotas de lluvia,
todas esparcidas en mi cara,
en mi pecho,
en mis brazos,
yo me veía de lejos como ajena,
desconocida,
perdida en mi realidad inmerecida,
tratando de encontrar un hálito dulce,
en la poca vida que me quedó después de presenciar esas atrocidades.

