El último roble
Por: Alina Mauxira Alemán Zeledón.
En la cumbre del último roble
De la concordia, Yalí
Eleva sus gritos al cielo un
Guardabarranco con frenesí
Flora y fauna se han puesto en huelga
Y les han enviado a representarles
Aún los hermanos robles muertos,
Del otro lado les acompañan.
¿Hay alguien que pueda escucharles?
¿Algún ser humano que traduzca
Las melodías arcadas
De estas pobres criaturas cansadas?
El viento con furia azota la
Casa del hermano hombre
Para que acuda y escuche el
Quejido del ave en el roble
– ¡A nadie le importa la
Muerte nuestra! – dijo entre
Plumas y tristezas
– ¡Oh!, Criaturas perversas,
El agua que botan ustedes, es la
Misma que nos falta a nosotros
¿Acaso no lo ven?
Que los verdes robles que
Han cortado ustedes
Eran en la noche los
Hogares nuestros,
¿Acaso no lo ven?
De pronto el cielo se
Ha puesto triste,
Se ha echado a llorar.
Llora lágrimas ácidas que queman
Tu casa, tu cosecha y a vos.
El bosque está celoso y deprimido
Cerró sus ojos y le
Arrancaron el cuerpo
Se siente mutilado
Abre los ojos y encima
Quieren su corazón
Ha sido traicionado sin razón
¿Podrá la tecnosfera parir
Agua de sus entrañas?
Se derrumban los cerros de a
Poco, Ojalá no entierren tu casa.
Endémicas forzadas serán las especies
Que alguna vez la tierra
Entera habitaron.
El mar está de luto
Ya no siente entre su vientre
Las patadas de los peces
Están muriendo sin cura
Han quedado obstruidas
Sus arterias por basura.
Aún las aves migratorias
Se han quedado a su azar
Lloran lágrimas negras,
Mientras se pierden
Buscando su Ramsar.
Lágrimas negras, como el odio
Como el color del dinero,
Como el color del petróleo
¡Oh, ingratos!
Si pudieran subirse a la
Punta de este roble
Y ver todo el daño que se hacen,
Más que el que le hacen a
Nuestra madre tierra,
Les daría un infarto en
Este mismo instante,
Les daría rabia contra sus hermanos.
Contra ustedes mismos
Nuestro pueblo está muriendo
Por falta de conocimiento.