A 3 años de lucha cívica, revolución o transformación.
Por: Juller Torres N.
Abril del 2018 no creó una crisis, simplemente transparento todas las crisis que se fueron sumando desde la corona, bueno; no vamos a retroceder tanto.
En una conversación con un amigo exaltado por los recuerdos de participar en un movimiento social cómo fueron las marchas de abril y la posterior violencia que se desató, decía qué Nicaragua volverá a ser república. La pregunta es ¿alguna vez hemos sido república?, por definición “república se dice que es el gobierno donde todos los ciudadanos con capacidad de elegir votan y un sufragio universal no solamente al jefe de estado o presidente sino a los representantes de lo que sería denominada una asamblea. Y que la democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones políticas.
Ambas expresiones, aunque no rimbombantes ni elegantes han venido a formar eco a partir del 2018 como un mantra de auxilio, como un mantra conciliador, como un mantra imaginario que nos traslada a un estado de paz, a un mundo imaginario donde la utopía no es como el horizonte de Galeano sino como el agua que sale del Grifo Cuando uno lo abre.
¿Pero se puede tener una República y se puede establecer una cultura de democracia en un país mayormente víctima del abuso del poder, servilismo, clientelismo y del asistencialismo predominante que se ha encargado de estupidizar al máximo a todos los que por necesidad militan creando incluso una cartilla denominada “mítica sandinista” a fin de establecer un pensamiento mágico dotado por lo divino acá en la tierra?
Y la otra pregunta es: ¿se necesita una nueva revolución o necesitamos establecer una transformación? ¿generar cambios donde la agenda incluye cuestionarse no desde unos privilegios falsamente establecidos en una sociedad obrera; sino cuestionarse desde todo un enfoque cultural, social y político en un mundo globalizado, ¿un mundo jerarquizado por unos cuantos peleles llenos de poder y avaricia?
Digo transformación real, no solamente intentos mágicos de paz, estabilidad y de crecimiento sino a una transformación donde todos los individuos podamos crear una cultura de crecimiento, no solamente económico sino de crecimiento educativo, cultural que generen beneficios para toda la sociedad.
Y planteó todo como preguntas, porque por estos días, lo único que nos acompaña es la incertidumbre de lo que nos depara y la seguridad de lo que no tenemos.
Porque lo que en un principio inició como una unidad sin distingo de creencias, ideologías incluso de posturas políticas hoy es un chacuatol nivel del medioevo. Porque cuando la voz del pueblo era “que el dictador se fuera” ahora se plantea negociar con el sátrapa dictador, jugar a la normalidad, al querer el cambio, como monos con otra ropa, pero los mismos monos. desprestigiar y desvalorar cualquier pensamiento crítico cualquier iniciativa que proponga el cambio verdadero es la orden del día y no de parte del dictador, sino de los que mal nos llamamos azul y blanco porque curiosamente ahora que está en juego no solo la estabilidad y el futuro de toda una sociedad marginada, empobrecida y saqueada de forma descarada por parte de todos los que se han postulado y llegado a una condición de poder, resulta que justo ahora todas las mantas sucias están saliendo al sol y que no es malo que esto ocurra, porque efectivamente no podemos cambiar un mal por otro mal menos dañino, porque en una nueva sociedad los que vayan a representar al pueblo han de saber que la prerrogativa será cuestionarles TODO porque el poder tiene que ser del pueblo, así que ahora es el mejor momento para poner en práctica este modelo inquisidor a nuestros representantes.
No podemos tomar a la ligera el derramamiento de sangre, los acosos y todas las brutalidades cometidas por esta dictadura y darnos a las bien gracias de los nuevos dictadores, porque no se pueden hacer cosas buenas que parezcan malas, la transparencia y la credibilidad han de ser valores de quienes nos representen.
¿Que las alianzas serán nuestra cura para salir de este calvario? Es posible, pero no desde el “quitate tu, pa´ponerme yo” porque, todas las alianzas han de ser consensuadas y enfocadas en una sola meta, acabar con esta dictadura y reescribir una nueva historia para un país pequeño y víctima de caudillos y sátrapas vividores.
En fin:
“En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñaran del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe”
Eric Hoffer.
Muchas gracias por la información. Gran aporte de esta web. Un cordial saludo!