Ser diferente
Por: Josseling Montalvan
Desde pequeños nos inculcan que la mejor receta para ser aceptados y queridos es ser nosotros mismos, mostrar que somos diferentes y que estamos orgullosos de ello. Además, se nos dice que las diferencias nos hacen únicos, por lo tanto, debemos presentarnos tal cual somos, sin apariencia alguna. Suena hermoso, ¿no? pero, ¿será esto suficiente y el único ingrediente necesario para ganar la aprobación y estima de los demás?
¡Vamos! Ser diferente está bien –se nos recalca– Lo que es irónico, ya que por ejemplo, cuando comentamos que nos atraen personas de nuestro mismo sexo, se nos dice que estamos enfermos, que debemos cambiar, es decir ser “Normales”. Se nos critica, se nos señala y ni hablar de las miradas que juzgan y discriminan ¿Dónde está el respeto?
Todo esto se dice como si fuese tan fácil. Pero, en realidad tratan de hacernos encajar en un estereotipo marcado, sin darnos elección alguna, siendo nuestro premio, la aceptación.
Ser homosexual, no es un camino que escogemos, nos elige al azar desde el vientre de nuestras madres. Somos personas totalmente normales y sanas, además; si es pecado o no, solo Dios lo sabe. No pedimos lástima, solo que nos entiendan, ya que, aquí no hay víctimas ni victimarios, solo ignorancia, silencio y miedo.
¿Creen ustedes que es esta vida la que hemos decidido vivir? No, no es fácil sentirse sólo en muchas ocasiones, vivir rupturas y llegar a casa ocultando el llanto o llorando bajito para no incomodar a la familia que aún no logra asimilar de la “Desgracia” que tiene por hija/hijo.
Habrá un día en que las personas se den cuenta que aunque somos diferentes, hay un ser humano dentro de nosotros, capaz de amar. El amor es un sentimiento universal, sobre el que no se tiene control alguno, no contempla el sexo, sino la pureza. Esperamos algún día sepan del daño que nos hacen con sus miradas, murmullos y rechazos, hasta entonces; viviremos, no en una sociedad, sino más bien en un juicio permanente.