Ortega: Acuerdos y Sanciones.

Ortega: Acuerdos y Sanciones.

Escrito por: Manuel Sandoval Cruz.

El régimen Ortega-Murillo ha logrado oxigenarse por dos factores que ha dominado muy bien: la represión a través de la fuerza policial, paramilitar y complicidad del Ejército, y el diálogo. La primera, porque Ortega controla la Policía en la persona de su consuegro, el sancionado Francisco Díaz, y el hecho de los paramilitares armados por las alcaldías sandinistas y operadores políticos de su partido (banda criminal).

La dictadura ha utilizado el diálogo para seguir en el poder. El terrorismo estatal siempre busca diálogos de paz para lograr sostenerse en el mando, pero no muestra voluntad de cambio y salida de la crisis porque no se concibe fuera del poder. El autor de Adiós muchachos, Sergio Ramírez ha aseverado que la vida de Ortega es el poder. Por supuesto, no vamos a cuestionar dichas palabras cuando Sergio fue vicepresidente de Ortega durante la Revolución Sandinista.

Ni el primer diálogo, muchos menos el segundo (por iniciativa del gran capital) han abordado las demandas del pueblo: justicia y democracia. El diálogo de mayo logró la entrada de los mandatos de la CIDH (MESENI-GIEI) y de la OACNUDH. Dichos informes expusieron con exactitud las graves violaciones de derechos humanos que experimentaba el pueblo nicaragüense, algunos considerados crímenes de lesa humanidad, por parte de la dictadura Orteguista.

Esto ocasionó la condena de la Comunidad Internacional. El mundo observa a Ortega-Murillo y ha exhortado al régimen a considerar elecciones adelantadas y frenar las violaciones sistemáticas contra el pueblo. Dentro de la OEA sigue su curso la aplicación de la Carta Democrática; EE UU ha sancionado a cinco adeptos del régimen (entre ellos, Rosario Murillo y Laureano Ortega Murillo), más BANCORP (hoy Banco Nacional), socio de PDVSA.

Ortega no solo enfrenta la presión del hemisferio con un buen grupo de países de la OEA que condenan y están dispuestos a ejercer toda presión, dentro del marco de la diplomacia preventiva, para hacer ceder al régimen. Ahora, el Parlamento Europeo ha solicitado el inicio de las sanciones hasta la suspensión de Nicaragua del Acuerdo de Asociación UE-Centroamérica, que afectaría aún más las exportaciones.

Sin embargo, uno de los sostenes más fuertes del régimen ha sido, por años, el sector privado, quienes incluso hicieron lobby en Estados Unidos para evitar sanciones dentro de la conocida ley federal “Nica Act”. La administración Trump ha considerado la expulsión de Nicaragua dentro del CAFTA. Ortega tiene en la arena internacional un difícil panorama que lo reconoce y le preocupa, por ello insiste en la suspensión de las sanciones que logrará un mayor desajuste a su presupuesto, únicamente sostenido por los préstamos de Taiwán y el BCIE.

El problema de Ortega es que miente. La Comunidad Internacional no va estar pasiva mientras Ortega-Murillo engañen al pueblo nicaragüense con sus paupérrimas señales de voluntad para resolver la crisis que nos han provocado. Y, mientras no dé pasos firmes para la agenda del diálogo conforme a las demandas del pueblo, la comunidad internacional no va descansar hasta ver a un Ortega de rodillas, pidiendo amnistía desde El Carmen.

Para concluir, quiero dejar sobre el debate la imperiosa necesidad de solicitar sanciones para el Gran Capital nicaragüense. Es justo y necesario que Europa y Estados Unidos sanciones a quienes, por más de una década, ganaron millones y el pueblo, cada día, era víctima de un régimen que, silenciosamente y de manera evidente, era enemigo de los derechos humanos y libertades fundamentales. ¡Sancionen al Gran Capital nicaragüense!

El autor es universitario exiliado.

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